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Capitulo 1: La llegada del hombre de seda.

Harry no recordaba casi nada de su vida antes de los 7 años, probablemente la única forma de confirmar que algo y alguien había pasado por ella era su único pequeño recuerdo y su eterno recordatorio.

Al fin de cuentas, algo en ese periodo de tiempo le había dejado permanentemente sordo.

No recordaba a ciencia cierta qué era lo que había pasado en ese momento, tal vez demasiado aturdido como para que su cerebro lograra siquiera procesar algo. Lo poco que podía recordar era una mujer desconocida y un gran sartén golpeando su cabeza. Después de eso todo estaba en blanco hasta que abrió los ojos y vió que estaba en un hospital.

Recordaba como al despertar el silencio era tanto que llegaba a ser hasta agobiante, movió sus labios en lo que juraba fue un intento de decir algo pero lo que sea que haya dicho no llego a sus oídos.

Recordaba la desesperación que sintió al instante y la llegada de hombres en bata blanca pidiéndole que se calmase escribiéndolo en una pizarra blanca.

Recordaba la explicación, las preguntas sin respuestas de su parte y como después de un día fue dado de alta, pues según los doctores, ya no había nada que hacer.

Recordaba a los policías escribiendo notas para decirle que lo dejarían en un lugar donde cuidarían bien de él y recordaba el haber llegado a lo que ahora era su hogar.

Cuatro años habían pasado desde eso, ahora vivía en un orfanato donde, a pesar de que no se llevaba bien con los niños, estaba muy cómodo con las Hermanas. Ahora era un experto en leer labios y la comunicación no era tan complicada. También amaba leer y aprender cualquier cosa que le pusieran en frente, para resumir, amaba la vida que tenía ahora.

Harry creía que, quien sea haya sido la mujer de ese recuerdo, le había hecho un favor al golpearlo con ese sartén, pero aquello jamás lo debía de decir en voz alta, si Mamá lo escuchaba le regañaría y le dejaría sin su postre en la cena.

En ese momento Harry estaba sentado en su cama, había encontrado un nuevo libro de matemáticas en la biblioteca de la Hermana Andy y realmente anhelaba poder resolver los ejercicios que mostraban.

Mientras buscaba la x de uno de sus problemas la luz de su habitación se apago y encendió, haciéndole entender que alguien quería entrar a su cuarto. Grito un pequeño "pase" suponiendo que sería alguna de las hermanas del lugar. No se equivoco del todo.

Detrás Andy había un hombre que parecía estar hecho de mismísima seda. Sus cabellos, su piel, sus ropas, incluso sus ojos, todo parecía estar decorando al hombre con el brillo que caracteriza aquella brillante tela, tan imponente y etéreo. Harry creyó jamás haber visto un hombre tan atractivo y exótico como él.

Se perdió tanto en verlo que ni siquiera notó el momento en que la hermana se fue de la habitación, dejándolo solo con el hombre de seda. En ese momento llevaba puesta una bufanda que tapaba sus labios. Se podía dar cuenta de que este estaba hablando por las pequeñas arrugas que hacian su rostro gracias al movimiento de su boca pero estaba más que claro que no tenía ni idea de lo que fuera que ese hombre estuviera hablando.

Harry arrugó el entrecejo, extrañado de que ninguna de las mujeres de allí le hayan dicho a aquel señor que si iba a hablar con él necesitaba descubrirse los labios.

Sonrió burlón, eso pareció llamar la atención de Mr. Seda pues el movimiento facial se detuvo. Harry empezó a mover sus manos, hablándole en señas al otro. En realidad no le estaba diciendo nada, eran mayormente palabras sueltas que rayaban lo inútil simplemente para demostrarle al hombre su punto.

Notó como su rostro se volvía más blanco mientas se destapaba la boca de a poco, parecía que quería decir algo pero su voz no estaba saliendo. Por alguna razón, a Harry ya no le estaba pareciendo divertido burlarse de él, algo le decía que aquel hombre no era alguien de quien debía reírse y eso le asustaba un poco.

"¡¿Eres sordo, Potter?!" - escuchó claramente la desesperación en la voz del otro ... ¡¿ESCUCHÓ?!

Hombre de Seda [ severitus ]Where stories live. Discover now