16

637 101 511
                                    

Puedes llamarme loca, pero creo que vivimos mejor cuando las apuestas son altas

К сожалению, это изображение не соответствует нашим правилам. Чтобы продолжить публикацию, пожалуйста, удалите изображение или загрузите другое.

Puedes llamarme loca, pero creo que vivimos mejor cuando las apuestas son altas.


Quedé en su pecho, tratando de recuperar mi respiración. Sin lugar a dudas mi sexo con Rush había sido el mejor sexo de mi poca existencia. Fue jodidamente increíble. Suspiré satisfecha.

El pecho de Rush retumbó en una risita.

—¿A qué se debe tu risa? —Cuestioné, clavando mi mirada en él.

—¿A qué se debió ese suspiro? —Atacó en respuesta.

Sonreí.

—¿A qué fue un buen polvo?

—Fue el mejor sexo conocido por el hombre —afirmó él.

—¿Eso les dices a todas tus conquistas? —Encarné una ceja.

—No necesito de palabras estúpidas y carentes de sentido para tener a una mujer en mi cama, Larissa.

—¿En serio?

—Te tuve a ti —sonrió—. ¿Te engañé con palabras estúpidas?

Negué con la cabeza. Tenía un punto.

—¿Tan seguro estás de ti mismo? —Inquirí.

—Princesa, no sabes cuánto —mostró una sonrisa triunfante—. Lo que me recuerda —cambió su expresión facial—, ¿estás en control de natalidad?

Reí.

—Lo mínimo que quiero ahora son bebés, Rush. No te preocupes —respondí.

—Nunca está de más preguntar —se encogió de hombros.

—¿Por qué? ¿Tuviste un hijo o qué? —Cuestioné, burlona. Su expresión facial cambió completamente. Oh, mierda. NO, no, no, no. Todos menos eso. Oh, Dios, no. Por favor, no —. ¿Rush?

—¿De verdad quieres saber? —Preguntó él, sin despegar la vista de enfrente.

Sabía que era demasiado bueno para ser verdad.

Tragué saliva. Mierda. Viendo las facciones serias de Rush la respuesta no sería para nada agradable.

—Tengo qué —dije.

Ahí sus facciones dieron un giro completo. Negó con su cabeza, riendo.

—No, princesa. Aunque por poco —ladeé mi cabeza sin entenderlo—. Mi ex. Tiene un hijo. Dijo que era mío. Qué ella no estaba en control de natalidad las veces que lo habíamos hecho —hizo un gesto con su boca—. Estúpidamente yo le creí y me hice responsable del niño cuando nació.

—Entonces si tienes un hijo —afirmé, petrificada.

—No. Cuando el niño nació ni siquiera tenía mi color de cabello. No se parecía en nada a mí, pero aun así quise estar seguro por lo que solicité una prueba de ADN —rió secamente—. No era el padre. Mi ex se volvió loca al saber que había hecho una prueba de ADN sin su permiso, pero es que el niño no tenía nada mío.

Let's PlayМесто, где живут истории. Откройте их для себя