El día del Sol Negro

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Habían pasado algunas semanas. Todos estaban muy nerviosos por la invasión pero definitivamente el mas nervioso había sido Aang. A los demás les había costado mucho trabajo y muchas ideas pero por fin habían logrado encontrar la manera de hacerlo descansar.

El día había iniciado y ese día sería la invasión, todos se alistaban. Muchos guerreros habían llegado al punto de encuentro y estaban listos para salir.

Subieron a las naves y pronto las cosas comenzaron a sentirse reales. Sokka había estado muy nervioso por todo, esta misión estaba dependiendo de su ingenio y sus habilidades.

Todo había comenzado mal cuando había fallado en el discurso pero Aang lo había calmado diciéndole que lo realmente importante estaba por venir.

Al estar dentro de los submarinos, Sokka se había vuelto a llenar de confianza viendo cómo su invento había funcionado a la perfección y había cruzado con éxito la puerta de Azulon.

Si su plan hubiera fallado, no hubiera podido con la vergüenza y la constante burla de Toph. Aunque Toph era varios años menor que él, a él le gustaba impresionarla con sus ideas y hacerla reír con sus bromas.

Toph era impresionante, una maestra sin igual y desde que había descubierto el metal control, Sokka no había podido dejar de sentirse impresionado por su amiga. Sin embargo, y lo que más le gustaba a Sokka de ella, es que ambos compartían una debilidad que en realidad se había vuelto su arma más grande. Toph era ciega y él un no maestro.

De alguna manera se habían vuelto el mejor amigo y guardaespaldas del otro. Toph siempre lo saca de apuros que tentaran contra su vida con sus poderes, mientras Sokka siempre la protegía y le extendía la mano, funcionaba como su soporte cuando la ceguera de Toph la ponía en desventaja. Ellos dos, a diferencia de con Aang y Katara, jamás peleaban o discutían, siempre se molestaban, pero nunca se enojaban el uno con el otro.

Sokka sabía que jamás tendría una amiga como Toph. él siempre iba a cuidarla y protegerla aunque ella se escondiera bajo su capa de rudeza. A los ojos de Sokka, Toph era una niña juguetona y graciosa que siempre iba a querer tener cerca.

Cuando estuvieron de nuevo en la superficie, los cuatro amigos se dieron un tiempo para despedirse. A partir de ese momento, Aang se adelantaría para enfrentar a Ozai mientras los demás tomaban la ciudad.

Ese momento sería el último si no eran cuidadosos e inteligentes. Debían actuar como guerreros hábiles y atentos para lograr sus objetivos.

Los cuatro se dieron un fuerte abrazo y todos le desearon suerte a Aang. Él iba a ser el único que estaría completamente solo cumpliendo su misión. Entonces Aang sintió en su estomago el miedo más grande. Ese abrazo podía ser en realidad el último, que pasaría si no lo lograba? A Sokka y Toph los quería mucho pero en ese momento, ellos no eran quienes realmente le preocupaban.

Cuando rompieron el abrazo, Sokka y Toph se fueron y para sorpresa de Aang, Katara se quedó.

-Aang yo....-

-Katara yo quería decir... Habla tú primero - le había dicho Aang cuando ambos sin querer habían comenzado a hablar a la vez.

-Hemos pasado por tantas cosas juntos, y te he visto crecer y madurar. Ya no eres ese niño tontorrón que encontré en el iceberg... lo que trato de decir es que, estoy muy orgullosa de ti...- dijo Katara con un dulce y alegre timbre de voz.

-Todo será diferente después de hoy verdad?-

-Si así es -

-Qué tal.. si no regreso Katara?- preguntó Aang sacando a flote su peor miedo.

Amor entre guerrasWo Geschichten leben. Entdecke jetzt