Los invasores del Sur

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Zuko no había dejado de sorprender a los chicos con sus actos de heroísmo. Había ayudado a Aang con el fuego control, había ayudado a Sokka a traer de vuelta a su padre y ahora había enfrentado a una furiosa Azula y había salido ileso.

El grupo nuevamente se había separado, Hakoda y el resto de los chicos habían salido del templo por el dirigible mientras Aang y el equipo avatar habían tenido que irse en Appa.

Se habían puesto a salvo en una región pedregosa y ahora tendrían que acampar.

-Wow acampamos, es casi como en los viejos tiempos no creen?- dijo Aang

-Si quieres sentirte como en los viejos tiempos mmm... podría perseguirte un rato y capturarte- contestó Zuko, haciendo reír a todos.

-Por Zuko... quién diría que después de todo ese tiempo tratando de atraparnos, hoy es nuestro héroe- dijo Sokka levantando su vaso, el resto imitó el gesto. Todos menos Katara.

-Salud!- gritaron los otros 3 chicos.

-Gracias, no merezco esto- respondió Zuko.

-Si ya lo creo- dijo Katara y se levantó del lugar.

A Katara aún la molestaba la idea de estar cerca de Zuko. Había algo en su corazón que no le permitía perdonarlo. Por más que ella intentara ser amable como siempre lo había sido, con Zuko no podía. La traición en Ba Sing Se casi le había costado la vida de Aang... Cómo iba a perdonarlo? Cómo podría? Katara simplemente no podía, y en realidad no quería.

Por primera vez en toda su vida estaba poniendo sus sentimientos antes que sus responsabilidades. Sabía que como parte del equipo avatar, Katara ahora debía confiar en Zuko, pero no, su odio y rencor eran mas grandes que el deber de cumplir.

No podía negar el desprecio que sentía por Zuko y no iba a esconderlo para complacer a otros. Si Zuko quería su confianza iba a tener primero que soportar toda la furia que había en ella. Katara suponía que en realidad no podría y el primero en rendirse sería él, sin embargo y para sorpresa de ella, Zuko había movido los hilos correctos.

-Sé quien mató a tu madre, te ayudaré a encontrarlo- dijo Zuko.

Esas palabras resonaron en el corazón de Katara. El veneno de la venganza corrió por su ser y por primera vez en días, sentía que ese veneno estaba dirigido a alguien que ya no era Zuko.

Él le explicó rápidamente lo que sabía y acordaron viajar en Appa. Katara sabía que sería difícil. Viajar en Appa significaba decirle a Aang lo que debían hacer pero ella sabía que él no lo tomaría bien. Lo que Katara pensaba hacer iba en contra de todo lo que Aang era, pero por más que Katara no quisiera decepcionarlo, ya había tomado una decisión.

Aang alimentaba a Appa cuando Katara intentó llevarlo pero él no aceptó su petición.

-Sabía que no entenderías- dijo Katara dandole la espalda.

-Espera Katara, claro que lo entiendo, estas sintiendo un dolor y una rabia increíbles. Cómo crees que me sentí cuando los areneros se llevaron a Appa? Qué crees que sentí por la Nación del Fuego cuando destruyeron a mi pueblo?- dijo Aang.

A Katara le costaba mucho tener esa actitud con él. Aang siempre la había apoyado en todo y ella siempre había confiado en él. Ponerse hostil con Aang la hacía sentir pésimo pero no podía mirar atrás ahora que estaba tan cerca del asesino de su madre.

-Lo necesita Aang, es para cerrar esa herida con justicia- contestó Zuko.

Katara se sintió aliviada. Zuko en realidad estaba comprendiéndola y no la juzgaba por lo que fuera que ella deseara hacer. Estaba más bien abriéndole el camino a la posibilidad de venganza que ella tanto había deseado a lo largo de los años. Eso significaría entonces que en realidad Zuko la comprendía mejor de lo que Aang lo hacía?

Amor entre guerrasWhere stories live. Discover now