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Chloé Black es una enigmática mujer que esconde un pasado doloroso, cuyos fantasmas aún la persiguen.
Enfrentando constantemente a su pasado...
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«Encierras un inmenso dolor, creaste muros alrededor de ti, te condenaste a ti misma a vivir con él y ahora te persigue incluso en tus pesadillas».
Narrado por Melissa
Teníamos una hora desde que llegamos al club Half Moon. Morgan era el encargado de buscar los tragos, tenía ganas de bailar y lo llevé de la mano hasta la pista, reíamos y nos dejamos llevar por la música. En realidad, la estaba pasando increíble con mis compañeros. Cuando Morgan me toma de la mano y hace que dé un giro en el baile, pude ver a lo lejos el reflejo de alguien conocida, me detuve por un momento para estar segura de lo que mis ojos vieron. Para mi desdicha no estaba equivocada, Chloé Black estaba sentada en la barra con una botella de alcohol sin terminar, se ve bastante mal.
No podía creer mi suerte, de todos los lugares y clubes que existen en esta ciudad tuvimos que encontrarnos justo aquí, justo este día. Una chica se acerca a ella y están conversando, pero cuando Chloé intenta levantarse sus piernas le fallan y se sostiene de su acompañante para tener equilibrio. No puedo resistirme y les pido a los chicos que me disculpen un momento, que iría al baño. Camino entre la gente saliendo de la pista en dirección a la barra donde se encontraba Chloé, puedo notar que ella me está observando, parece algo confundida. La chica que la sostiene se la lleva antes de que yo pueda alcanzarlas. Me detengo un segundo a pensar si es realmente una buena idea seguirlas, pero lo hago, las sigo. Entran en una habitación oscura, tiene la apariencia de una especie de depósito.
Me quedé afuera de ese lugar, apoyo mi espalda contra la pared y cruzo mis brazos sobre mi pecho pensando si debo interrumpirlas o seguir mi camino, sin importarme que vi a Chloé Black casi cayéndose completamente alcoholizada, mientras que una extraña se la lleva a una asquerosa habitación, quizás para hacer qué cosas con ella. No debería importarme lo que suceda con su vida, no debería estar persiguiéndola por todo el club para saber si se encuentra bien, pero lo estoy haciendo.
Maldición, Melissa, ¿qué estás haciendo? ¡Al diablo! Ella está mal, no la pienso dejar así.
Entré a ese lugar, caminando decidida a no salir de ahí sin Chloé. Pronto la encontré sobre la chica intentando tener sexo con ella, pero no puede ni mantenerse en pie.
—Muy bien, ¡suficiente! ¡Suéltala! ¿No ves el estado en el que está? —la chica me mira molesta por mi intromisión, Chloé se gira para mirarme e intenta dar unos pasos, pero cae.
—¡Chloé! Tranquila, estoy aquí, te tengo —le digo cuando alcancé a evitar que cayera completamente al suelo y se golpeara la cabeza.
—Melissa..., eres... —la escuché decir mi nombre, pero perdió el conocimiento.
—Sí, soy yo, tranquila, Chloé, estoy aquí, yo te cuidaré —miro a la otra chica que me está observando con odio—. Y tú, seas quien seas, puedes largarte, ella no irá a ninguna parte contigo. ¿No te da vergüenza? No puede ni mantenerse en pie y la traes aquí. ¡Largarte ya! Ella se viene conmigo a casa.
