—Perdón por eso —habló mientras caminábamos por el patio del centro comercial.
—No te preocupes, yo le hubiera dado un buen golpe.
—No, él y yo no somos nada.
—Pero quiso serlo —gruñí negando con la cabeza.
—Theo.
—¿Uhm? —la miré y ella sonrió de lado.
—Ya puedes soltar mi mano —yo miré hacia nuestras manos y reí tontamente soltándolo.
—Lo siento.
—Ya no quiero estar aquí —se quejó frotando sus brazos.
Oh, hacía frío.
—Uhm, podemos ir a mi casa.
—Theo, no bromees —sonrió empujándome ligeramente— espera, ¿realmente me estás invitando a tu casa?
—Sí —sonreí asintiendo, ella me vio con los ojos entrecerrados y se removió en el mismo sitio.
—¿Cuál es el truco? ¿Planeas dejarme en medio del camino por ahí o algo?
—No Huffy, es en serio —reí negando— te invito a mi casa, vamos.
—Uhm, bueno —asintió confundida y caminó conmigo hacia el estacionamiento.
Si quería empezar con algo, debía saber que le tenía confianza.
Solo espero que todo salga bien.
Ginger's POV.
Nadie nunca en la historia de la secundaria había ido a casa de los Collins.
¡Y yo iba de camino!
Si es que no me dejaba tirada en medio del camino, claro.
—¿Puedo poner música?
—Sí, claro —sonrió manejando bastante concentrado en quién sabe qué.
Entonces encendí el reproductor que empezó a deleitar nuestros oídos con "911" de Julien Garnier.
Theo paró el auto en la carretera y giró a verme.
—Hola —sonreí saludándolo con la mano.
—¿En serio?
—¿Qué?
—Esa canción me tiene harto.
—¿Puedes manejar?
—Si tuviera a ese tal Julien Garnier en mi auto, si lo hubiera dejado tirado en medio de la carretera.
—Qué grosero —solté una carcajada y él empezó a manejar.
Pasamos de las urbanizaciones de clase media, a tremenda residencia en un santiamén.
¡Pero qué casa!
La vista era preciosa.
—¡Ginger! —Alai pegó un grito y corrió hacia mí en un abrazo muy emocionado.
—Hola peque —reí separándome.
—Es estupendo verte aquí, ¡qué emoción!
—Bueno, tu hermano me invitó —me encogí de hombros y Alai no perdió oportunidad de empujarme hacia adentro sin esperar a que su hermano estacionara el auto— Woah.
Y la vista por dentro no era menos impresionante.
La casa en perfecto orden, ningún cuadro o foto familiar, pero vaya que estaba bien arreglada.

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Ginger
Teen FictionSecuela de True Colors. «¿Los colores de la vida?» «¿Quién ha escrito tal pachotada?» «¿Cómo puede uno ser la mejor versión de si mismo?» «¿Por qué uno debería ser la mejor versión de si mismo?» «¿Quién le ha dado el derecho a esas personas a ser fe...