Ginger

23.- Galleta.

Ginger's POV.

«No es cierto, no es cierto, no es cierto»

Si no lo piensas no existe.

Yo no le gusto a Theo.

¡No puedo gustarle a Theo!

Derek solo hizo por molestar.

Genial, y lo único que atine a hacer fue huir del colegio.

Soy una cobarde.

Seguro los mitos no son mitos, seguro los pelirrojos dan mala suerte, y como vivo conmigo misma...

¡Me doy la mala suerte!

Oh, con las redundancias, ¿bien?

Ya ni siquiera sé lo que estoy pensando.

—¿No vas a comer? —preguntó mamá mirándome.

Estábamos en un restaurante de comida Italiana "celebrando" el día de la madre y yo no hacia otra cosa que pensar en mi terrible y cobarde huida.

—Sí, perdón —sonreí mirando el plato de lasagna que tenía en frente.

—Okay, habla —dijo mamá entrelazando sus dedos.

—¿Hablar? —pregunté aún mirando el plato.

—Ginger, estamos viejos, pero fuimos jóvenes algunas vez —este vez fue mi papá hablando.

Uy. Me ha dicho Ginger.

—Me...

Los miré y suspiré tapándome la cara.

—No sé.

—¿Qué no sabes?

—Creo que le gusto al hijo de tu jefa.

Hablé con los ojos cerrados, los abrí ligeramente, ambos sonreían.

—¿No van a decir nada?

—¿Decir qué? El chico me cae bien —rio mamá comiendo del plato de Ravioli.

—¿Eh?

—A mí también me cae bien —habló papá encogiendo los hombros.

—¡No, no, no! Esto no va así. ¡Tú tienes que emocionarte al respecto —señalé a mi mamá— ¡Y tú tienes que ponerte celoso y sacar una escopeta!

—Bombón ¿has tomado algo raro? —preguntó papá tocando mi mejilla, bufé y empecé a reír.

—¡No! Pero es que, es raro. No lo sé. Hasta hace unos días vivía suspirando por Derek y ahora...

—Ay, ese escuálido no me cae bien —interrumpió mamá negando.

—Yo ni siquiera lo conozco —papá se encogió de hombros sacando otro pedazo de pizza.

—Claro que sí, es hijo de los Griffin.

—Ah, ya sé quién es. Sus papás son...

—¿Pueden dejar de actuar como viejitas chismosas? —hablé mirándolos y ellos empezaron a reír, siguiéndolos yo rendida por su conversación.

—Bueno, ¿en qué quedamos? ¿Te gusta Theo? —preguntó mamá sonriendo.

—No —me quejé comiendo— simplemente es... Raro.

—No hables con la boca llena —habló papá... Con la boca llena.

—Ustedes dos han sido criados en una cueva —rio mamá negando.