Las cenizas se acumulaban con rapidez en el pequeño recipiente. Leonor fumaba bastante, según ella le ayudaba a relajarse y a pensar con mayor claridad. A pesar de que había intentado dejarlo en varias ocasiones, cada cierto tiempo una necesidad imperiosa de tabaco la abrumaba. A menudo lo ocupaba como un recurso para desconectarse del trabajo, solía ir al balcón del piso de su consulta cada día durante la hora de almuerzo. Pero hoy era diferente, hoy tenía la visita de su amiga que lucía muy deprimida, así que había optado por tomar un nuevo receso para apoyarla. Escuchaba con atención el relato de Nina y la historia de cómo Diego había vuelto a aparecer, y no podía sino sorprenderse del azar y de lo absurdamente pequeño que es el mundo.
—¡Eso fue intenso! —exclamó mientras el humo se escapaba de sus labios.
—Así fue, sólo recordarlo hace que mi estómago vuelva a apretarse —respondió Nina mientras colocaba sus manos sobre este.
—Pienso que se deben una conversación, al menos algo que cierre este ciclo. Y no lo digo como sicóloga, lo digo como amiga.
—Leo ¿Crees que no lo he intentado? Pero no contesta mis llamadas, le dejé tres mensajes diciendo que por favor habláramos, pero los ignoró completamente. Incluso el día que debía juntarme con los chicos para la corrección final del tercer guion, no llegó... No sabes cómo me sentí cuando Robert y los músicos discutían la razón de su ausencia, siendo que sabía perfectamente que la razón por la cual no estaba era yo. Es evidente que no quiere verme y lo entiendo —justificó con tristeza—. Para él debo ser una mentirosa y traidora, no es para menos ¿Qué pensarías tú si ves a tu pareja besándose con otra persona, y que además resulta ser el abogado que te demandó? Sé mejor que nadie lo mal que la pasó con el tema del plagio...debe sentirse muy traicionado.
Nina se puso de pie y apoyó sus brazos en la baranda del balcón, su mirada parecía perdida entre la multitud de edificios a su alrededor.
—No fue tu culpa, en realidad no tenías forma de saber lo que pasaría —argumentó Leonor—. Quién iba a pensar que Diego aparecería de la nada y menos que Alex llegaría justo en ese momento. Fue un conjunto de desafortunadas coincidencias. Ese chico no sabe tu historia, no tiene idea de todo lo que viviste, no es como que te besaste con cualquiera, era muy válida tu confusión, el problema fue que él lo vio... Por eso, debes perdonarte.
—Lo sé, pero no puedo, porque siento que arruiné algo hermoso. Sé que para muchos puede parecer una locura y tal vez tengan razón, pero era una hermosa locura la que estaba viviendo. Nunca me había sentido tan feliz como estando con él, lo digo en serio Leo. No soy ingenua y comprendo que las posibilidades de que esto fuera a durar eran escasas, incluso quizá en un mes más habríamos terminado por las giras o por cualquier otro tema, pero no de esta manera, las cosas no debieron terminar así... porque él no lo merecía.
—¡Y tú tampoco Nina!... Pero si no hablan es difícil que puedan aclarar las cosas, aunque tal vez por ahora lo mejor es no insistir y esperar que pase un poco de tiempo... ¿Y qué pasó con Diego? O sea, después de esa escena tiene que haber dicho algo —preguntó curiosa.
—Conoces bien a Diego, siempre fue inteligente, se dio cuenta casi de inmediato lo que estaba sucediendo. El cree que fue por despecho, y que lo mío con Alex es sólo una aventura sin importancia.
—¡Claro! ve a Alex casi como un adolescente, después de todo él tiene más de treinta. Igual debe haber sido un golpe duro a su orgullo que prefieras a ese chico antes que él... Aunque no te miento, me alegra que sufra un poco, bien merecido que lo tiene —agregó sonriendo.
—Diego no entiende, está seguro de que mi relación no tiene futuro, que es algo del momento y que tarde o temprano volveré con él.
—El ego de ese hombre no tiene límites. Acaso piensa que puede desaparecer y regresar cuándo quiera. ¡Qué pretendía! que lo esperaras toda la vida. No amiga, la vida es muy corta para estar desperdiciándola por quién no lo merece. Si él no apreció lo maravillosa que eres, bueno otro más lo sabrá apreciar...
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Tal vez yo, tal vez tú©
Romance(FINALIZADA) ¿Sabes cuál es la peor forma de terminar una relación? Nina sabe bien de eso. 27 años, independiente, talentosa, con un trabajo soñado y hasta hace tres meses con el amor de un novio perfecto... o tal vez no tan perfecto y tampoco ta...