Orange [VMin]

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«POV Taehyung»

Desperté a las cinco de la mañana. Mi pierna estaba abrazando a Jimin y la cobija estaba lejos de los dos. Acaricié su rostro con mi mano, él estaba sudando y su frente hirviendo.

—¡Jimin! —dije despertándolo y despertando a su hermano—. Ayúdame –dije casi llorando. Abracé a Jimin y me levanté saliendo del cuarto con mi respiración agitada. Jimin estaba hirviendo. Tomé una toalla del baño y la mojé regresando rápidamente con ella.

Hoseok estaba despierto sentado a un lado de Jimin acariciando su frente sudada. Le puse el trapo en la frente.

—Por favor no te mueras —dije sorbiendo mi nariz. Varias lágrimas cayeron de mis ojos.

Hoseok se echó a reír.

—Es sólo un resfriado y fiebre. Es que este cuarto es muy frío. Seguro estará mejor y...

—No —le interrumpí y me acosté a un lado de él—. Mucha gente muere de esto.

Estoy preocupado. Si él muere yo me moriría.

—Deberías dormir lejos entonces, si no quieres contagiarte —dijo Hoseok.

—¡No! ¡Prefiero morir junto a él!

—Tae... te amo —me dijo Jimin—, pero no tienes vacunas, es peligroso para ti.

—Yo nunca me he enfermado. Y tú con vacunas estás enfermo.

—Para todo hay una primera vez.

Me enojé, Jimin no me quería cerca. Me alejé de él y me lanzó un beso. Bien, me quedaré despierto cuidando que todo esté bien con él.

[...]

Hoseok al fin se levantó, yo he estado en la cocina haciendo un té para que Jimin mejore. Una vez Yoongi lo hizo.

Y en otra olla tengo sopa.

—No era necesario que hicieras el desayuno —dijo Hoseok parándose detrás de mí.

—No hice para todos, es sólo para Jimin, la preparé para su fiebre.

—Ah... eres esa clase de chicos.

¿Qué?

—No entiendo.

—Ya sabes, haces cosas que no hacías por alguien sólo para acostarte con él.

—Pues por eso estoy aquí —dije—. Me acosté con él y ahora está enfermo.

—Veo que no entiendes, pero entiende que Jimin es mi hermano menor y como es gay me hace tener que protegerlo de chicos que sólo quieren tener sexo con él. Tu hermano me ha dicho que no harías esta clase de cosas por alguien así que supongo es eso.

—Ah el sexo —ya entiendo—. Tendremos sexo, pero será después cuando seamos más grandes.

Él me miró extrañado y se rio.

—¿Jimin te dijo que nos quedan tres semanas aquí?

—¿Qué?

—Sí, sólo tres semanas y si es que se recupera, estar fuera le haría más daño si está enfermo.

No puede ser, ¿tres semanas? ¡Eso es menos de cuatro semanas!

Mi té hirvió. Lo serví en una taza y regresé a la habitación con Hoseok siguiendome el paso.

Jimin estaba en la cama con la espalda recargada en la cabecera.

—¿Cómo te sientes? —pregunté.