El Encuentro

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DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar.

Derechos Reservados.

Capítulo 3: El encuentro.

- Me pregunto si Kagome aceptará esto después de todo- Dijo Naomi Higurashi mientras se abanicaba el rostro debido al calor que sentía en ese momento. Era verano, estaban en la recepción del hotel y esperaban a Lord Taisho dentro de una multitud de personas.

Su esposo, Ginta Higurashi, observó a Kagome quien se acercaba a ellos a paso rápido. Se había quedado embelesada conversando con una amiga en el trayecto al hotel y tardó un poco en volver a su lado. Como siempre, Kagome sonreía y se movía con mucha vitalidad dentro del gentío. Estaba impecable, con su vestido de color crema que dejaba los hombros al descubierto, guantes cortos del mismo color, el cabello lo llevaba en un ordenado peinado a la moda y un pequeño sombrero que ocultaba parte de su lozano rostro.

- Tiene que hacerlo, está acordado desde hace mucho, ella sabe cuál es su deber.

Naomi tragó fuerte. Su hija ya daba muestras, al menos frente a ella, de no estar muy de acuerdo con la decisión. Conocía el carácter medio rebelde y voluntarioso de la muchacha y generalmente estaba ahí para hacerla razonar y comprender, pero la joven había crecido con ideales que muchas veces se negaba a tranzar. Tal vez había sido el internado de la capital pagado por Lord Taisho y la educación recibida o tal vez las amistades que había hecho allí. Pero ya era tarde para estarse lamentando, sólo esperaba que todo saliera bien e intentar que su hija acatara finalmente la idea. Kagome no podía rechazar a un Taisho, jamás lo permitiría, le debían todo, a pesar de que su esposo le hubiera salvado la vida.

- Sango me informaba que pronto se va a casar- Dijo la muchacha a sus padres entusiastamente- Es un joven de muy buena situación y lo mejor es que se aman.

Naomi miró de reojo a su esposo, este pareció no escucharla, estaba pendiente del carruaje en que llegaría Lord Taisho.

- Ahhh ya quisiera casarme por amor también- Suspiró y su mirada se volvió ansiosa al camino. Naomi la observó con cierta reticencia. El tono melancólico y aquella mirada junto a una pequeña sonrisa le estaba dando un mal presentimiento.

- ¡Oh! ¡Al fin! ¡Ahí vienen!

La mujer miró el grandioso y lujoso carruaje que ya conocían y del cual vio salir al fornido y alto Lord Taisho. A pesar de su edad, se conservaba bastante saludable. Todas las miradas se dirigieron a él e incluso las personas dejaron de hablar, sólo para observar con curiosidad e impresión a tan distinguida persona. Naomi tomó a Kagome del brazo para que se tranquilizara y la acercó a su lado para caminar junto a su esposo y recibir a tan alta autoridad.

Touga salió y les hizo una leve inclinación de cabeza acompañado de una pequeña sonrisa, símbolo de amistad y complacencia, mientras la familia Higurashi le hizo una reverencia demostrando ante todo su respeto. Kagome se puso en puntillas para observar dentro del carruaje y se sonrojó de pronto cuando se dio cuenta que alguien más bajaba tras el Lord, pensando que era Inuyasha a quien ya conocía bastante por todas las veces en que su padre lo había llevado consigo, quiso acercarse y sonreír, pero se quedó de piedra y la sonrisa se borró de sus labios al ver al desconocido.

Sesshomaru se quitó la gorra y la observó con severidad. La mujer lo miró con sus bellos ojos castaños muy abiertos, como si observara una aparición y luego su expresión cambió a una desafiante. Él de inmediato notó lo hermosa que era y por alguna razón esa mirada se clavó en la suya por un instante. De todas las veces que había conocido a una mujer, jamás le había sucedido eso. Algo lo perturbó. La chica frunció levemente el ceño y le hizo una fría inclinación, la cual él respondió.

El Demonio BlancoWhere stories live. Discover now