El Plan.

660 80 4
                                    

DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar.

Derechos Reservados.

Capítulo 8: El Plan.

No dijo nada, pero su humor cambió drásticamente. O al menos ya no fingió. El sarcasmo o la burla había desaparecido del rostro de Sesshomaru y observaba ahora bajo su conocido mutismo con ojos siniestros a su medio hermano.

Inuyasha se había sentado al lado de Kagome y parloteaba entusiasmado de lo que había vivido en la capital. Todos sonreían y la joven parecía mirarlo hipnotizada, sonreía y terminaba las bromas del otro, ni rastros había quedado de su somnolencia.

En un momento Inuyasha dijo que había traído un obsequio para su amiga Kagome. Sacó del bolsillo de su chaqueta una pequeña cajita y la dejó en la mesa, frente a ella. Sesshomaru arrugó más la frente posando su mirada siniestra en su medio hermano, que no volvió la vista a él en ningún momento, pero era muy consciente de esa mirada.

- Oh, pero qué detalle- Dijo Naomi, sin encontrar nada malo a la acción de Inuyasha. Ella, al igual que su esposo y Lord Taisho, veían aquella relación inocua, casi de hermanos.

Kagome lo miró con una sonrisa amplia y el corazón con júbilo. Entonces abrió la cajita. Dentro de ella encontró un bello prendedor de mariposa color dorado.

- Pero qué hermoso...- Murmuró, complacida. Lo miró una vez más e Inuyasha le sonrió. Ella, se lo puso de inmediato en su vestido a la altura de su pecho. - Muchas gracias.

- No fue nada- Respondió sonriente. Y en ese momento sus ojos se posaron en los de Sesshomaru. Y vio lo profundamente enojado que estaba.- No te vayas a enojar Sesshomaru- Agregó después con burla- Es un regalo de amigos, nada más.

Sesshomaru hizo una mueca, pero mantuvo la vista fija en él ¿Qué pretendía? Hacía mucho no tenía un gran contacto con su medio hermano. Cuando él se reclutó en la armada tenía 12 años y desde ahí se había alejado de su familia por temporadas. Cuando volvía, pasaba muy poco tiempo con ellos o simplemente Inuyasha estaba en su regimiento. Casi no lo conocía. La verdad, nunca se había preocupado por él.

Luego de eso, comenzó a relatar sus aventuras en el regimiento, afirmó que pronto lo ascenderían y que esperaba pasar unos días en el pueblo antes de volver nuevamente a la capital donde tantos amigos había hecho.

- Ey, Kagome, más tarde podríamos ir a la playa, hace rato que quiero respirar aire marino- Le dijo como si nada.

Kagome. Le había dicho Kagome. Sesshomaru estaba a punto de levantarse y retirarse de la mesa. Comenzó a contar mentalmente, entrecerrando los ojos, apretando más los puños.

- Por supuesto que sí, Inuyasha.- Respondió ella alegremente.

Sesshomaru no soportó la confianza de ellos dos. Él le había pedido que lo llamara por su nombre. Ella jamás lo hizo, debió darse cuenta en ese momento que quería mantener las distancias. Se disculpó y se marchó diciendo que iría al correo a enviar un mensaje.

Inuyasha lo miró con una sonrisa y Kagome apenas lo miró de reojo, casi con aprehensión cuando él pasó por su lado. El menor de los Taisho se acercó un poco más a ella y murmuró.

- Qué miedo... parece un fantasma.

Kagome apretó los labios evitando comentar algo más. La verdad, ya no quería participar de los comentarios contra él. Había sido bueno en muchas ocasiones. Lo había visto.

El Demonio BlancoWhere stories live. Discover now