XIII: Horrocrux

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XIII: Horrocrux

Estaba tremendamente furioso.

Dumbledore le había pedido que conociera a Slughorn y ahora sabía la razón, pues Snape fue quien le ayudó a descubrirlo.

Tom Riddle.

La razón del porque su profesor tenía que ver con su padre era tan sencilla como para contar del uno al diez al derecho y al revés; Horrocrux.

Magia negra y avanzada que a Severus le costó explicarse para que entendiera a la perfección. Había visto ese recuerdo como cuatro veces antes de dárselo a Dumbledore.

Ya sabía de memoria todo.

7 partes de su alma. 7 vidas. 7 Horrocruxes.

Su padre realmente era un demente como un sádico, y lo peor de todo, seguía los ideales de ese demente que poco a poco empezaban a darle sentido a la vida. A su vida.

¿Qué tan patético era eso? Debía serlo demasiado.

- Harry...

- ¿Mhm?

- ¿Estas bien?

Alzó la cabeza, había estado durante varios minutos viendo solamente la llama de la chimenea crujir, dando calor a la habitación; perdido en sus pensamientos y lo mucho que había cambiado su pensamiento desde que tenía trece años. Asintió, respuesta silenciosa a lo que Hermione preguntaba.

Sintió a la castaña sentarse a su lado, hundiendo el sofá, por lo que se giro en su dirección. Aquella chica le daba una sonrisa que no llegaba a sus ojos.

Sabía a la perfección que le había estado mintiendo y tal vez, Hermione se dio cuenta. Pero aún no podía convencerlos, ellos estaban cegados por lo que Dumbledore les decía, sin saber las dos versiones de la historia y escoger un camino, como a Harold se le dio la oportunidad.

Había podido decir todo a Dumbledore pero prefirió poner a su familia por encima de todo. No cambiará por nada los abrazos que James le proporcionaba al verlo, las salidas nocturnas, cuando aceptaron a Draco como un igual en la familia, las risas, los aprendizajes.

No era un camino común, lo sabía. Pero estaban dejándolos caminar solo, pero lo veía desde atrás, como si de un bebé se tratase. Tal vez tantos años separados jamás serían posibles de juntar y superar.

Nunca supieron cuál fue su primera palabra, la vez que camino por primera vez, no lo llevaron a la escuela con orgullo su primer año ni lloraron en vacaciones porque lo extrañaron, no le ayudaron con su tarea, tampoco lo llevaron a comprar su varita.

El tiempo perdido jamás regresa.

Y Harold era consiente de ello, pudo elegir a las personas que estuvieron con él en ese entonces; Hagrid. O cuando tuvo su primera escoba; McGonagall.

Sabía que ellos habían estado con él, apoyándolo. Pero sólo por una cosa: era el elegido. El único de destruir a Tom Riddle barra Voldemort, el único se destrozarlo, de herirlo... De matarlo.

Y él no haría eso.

Su familia iba primero.

Recordó las palabras que Lucius le dijo, hay exagerandas tradiciones sangre puras, pero siempre se pone la familia primero.

Él la puso como su primordial.

Y unió la familia Malfoy con ellos.

- ¿Harry?

- ¿Mande?

- Te hable como cuatro veces. ¿Seguro que estas bien?

- Me siento cansado.

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