XIX: Príncipe.

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XIX: Príncipe.

Cuando lograron regresar al número doce de Grimmauld Place, fue una ventaja que nadie los siguiera. Exhaustos por estar en el ministerio corriendo y siendo vistos, fue que se quedaron recostados en los sillones para poder tomar un poco aire.

Su padre lo había visto y seguramente estaría tan feliz como la primera vez que lo vio. Faltaba poco, solo era cuestión de esperar un poco más para poder regresar a su vida normal y...

- Vaya, vaya. - La voz de un carroñero les hizo ponerse de pie y sacar las varitas en su dirección haciéndolo reír por su infantil acción. - Creo que los tenemos.

Alzaron las varitas que no eran suyas para señalarlos sin miedo a tener que hechizarlos, los cuatro carroñeros soltaron una risota. Harold arqueo una ceja, no iban a atacarlo, lo sabía.

Antes de poder decir algo, Hermione les había lanzado un desmaius, obteniendo varios maleficios a sus personas. Lleno de enojo, por atacarlo cuando estaba estrictamente prohibido (pues Tom se había encargado bien de eso), le lanzo un maleficio cruciatus antes de que cayera al suelo lleno de dolor.

- Llamen al Lord. Los tenemos.

Malditos hijos de puta. Pensó Harold, viendo con odio a los carroñeros.

Antes de poder hacer cualquier cosa, los tenían entre sogas. Si daba la orden de que lo soltaran, sus amigos sabrían la verdad. Un carroñero se acercó al príncipe de la oscuridad antes de acariciar sus mejillas.

- Tu padre estará satisfecho de verte.

- Y yo de matarte.

- Llévenselos.

°°°

Draco daba vueltas en su habitación, hace días había regresado, solo para enterarse que Voldemort tenía a su chico como "despreciable número uno", ¿es por eso que se lo habían llevado? ¿Qué tanto se había perdido?

Dio dos vueltas más antes de que sus pensamientos se cerrarán de golpe al ver como un intruso trataba de meterse en su privacidad. Narcissa, su madre, se metió a la habitación antes de estirar sus manos y tomar las de su retoño entre la de ella.

- Debes bajar.

- ¿Por qué?

- Ya lo sabrás.

Se dejó guiar por su madre, fingiendo estar calmado cuando por dentro de moría de los nervios de saber que pasaba. No había visto a nadie más que a sus padres o Lily.

Tom jamás lo visito, ni James o Remus, sabía que estaba en la Mansión pero no lo veía. Tampoco a Sirius o a su padrino.

Trago saliva al ver a su atolondrada tía riendo mientras veía a su novio y sus inseparables amigos en medio del enorme salón de la Mansión Malfoy.

- ¡Mira quienes están aquí!

Draco solo tenía ojos para su chico, Harold veía con odio a los carroñeros, pero apenas sus miradas se cruzaron, se suavizó. Sonrió inconscientemente al verlo de aquella forma.

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