Gatito y Pollito • YoonMin;윤민

🐱 ᴅ ᴏ s 🐥

Ese característico ambiente hogareño era lo que JiMin más amaba en su hogar, la confianza que mantenía con sus padres y la seguridad de poderles contar todo lo que le ocurría le hacían feliz y sabía que era algo valioso ya que no en todas las familias existía un vínculo tan fuerte como el suyo.

—¡Es enserio, papá! —Le dijo JiMin casi rodando sobre la barra de la cocina mientras se quejaba porque su anécdota no era creíble para su padre que sólo soltaba risillas y le pellizcaba las mejillas algunas veces dejando un rastro de harina en su piel.

—No te creo —le dijo su padre omega con una cuchara en su mano mientras batía el chocolate para el pastel que harían juntos para la cena.

—¡¿Por qué?! —Su voz se escuchó por casi toda la casa y cubrió su boca con ambas manos al darse cuenta de eso y que podría despertar a su padre que seguía dormido después de ayudarles a lavar los platos.

—No te creo que siendo hijo de las Min sea tan tímido como dices y menos que se le complique tanto al hablar por los nervios, ¿acaso conoces a Yuqi? Es un radio andante —le dijo moviendo sus manos en el aire y JiMin formó un puchero que su padre pellizco suavemente haciendo sonreír a su hijo que nunca podía enojarse con él.

—¿Conoces a las Min? —Le interrogó su hijo y el otro siguió con lo suyo sin saber si responder aquello era una buena idea.

—Digamos que cuando estaba en secundaria su tío, el hermano de Yuqi, me molestó y nos golpeamos hasta que nos separaron los profesores —dijo como si nada y sin una expresión en su rostro más que su concentración por terminar de preparar la mezcla, JiMin se quedó tan sorprendido que su boca se abrió en grande y un jadeo de asombro se le escapó.

—¡Papá! ¿Entonces por qué te enojaste cuando le pegue a ese niño en el preescolar? —Dijo indignado y su padre rio negando y de repente se puso serio.

—Por que yo mando y no quería que tuvieras los mismos problemas que tuve yo en esa ocasión, no son experiencias agradables, JiMin —dijo con una expresión sombría que envío un escalofrío al cuerpo de su hijo—, ahora ayúdame a hacer el pastel.

—C-claro.

La mañana estaba fría y las nubes grises del cielo amenazaban con dejar caer sus lágrimas heladas sobre todos aquellos que corrían a sus empleos o escuelas.

Las calles lentamente se iban llenando y las tiendas abrían sus puertas, las cafeterías dejaron libre su aroma a café recién hecho, las panaderías deleitaban el olfato con su dulce olor a pan y las florerías traían frescura al camino con sus flores frescas.

—¡YoonGi! —Lo llamo desde lejos al verlo entre un grupo de chicos que parecían ser mayores a él o quizá solo eran más altos e intimidantes.

El alfa levantó su mirada solamente un poco para decirle con ello que se fuera. JiMin se paralizó cuando en sus ojos vio reunidas las lágrimas que se esforzaba en no dejar caer y así evitar quedar en ridículo. Le importó muy poco que los otros estuvieran ahí cuando el alfa estaba demostrando que no estaba pasando por el mejor momento y que se sentía asfixiado con la presencia de tantos a su alrededor, corrió y empujó a uno de ellos mientras se aferraba al brazo de YoonGi como un tierno y lindo koala, aunque él era un pollito.

Tal vez y apenas lo conocía, pero sabía que YoonGi era demasiado inocente (o tal vez ingenuo y torpe) que no le haría daño ni a la araña que estaba en la esquina de su cuarto y que le daba tanto miedo pero no quería matarla porque tal vez tenía familia e hijos que alimentar y entonces prefirió dejarla vivir en su habitación sin que ella lo molestará y él tampoco a ella y así todos vivirían felices.

—J-JiMin.

—Ven vámonos, debemos terminar de ponernos de acuerdo con el trabajo —le dijo sonriente y YoonGi agradeció con su mirada mientras asentía y su cuerpo rígido se movía con lentitud para seguirle el paso.

Observó como JiMin lo sacó de ahí y también sintió las oscuras miradas de los tres alfas que lo estaban molestando, al parecer su pasado le seguía persiguiendo.

—¿Por qué no te defendiste? —Le dijo JiMin una vez que estaban lo suficientemente lejos y el alfa negó encogiendo sus hombros casi con decepción y vergüenza por ser «rescatado» por ese lindo Omega rubio.

—No es como que pueda, soy muy delgado y más bajo que ellos, podrían tirarme fácilmente y no podría defenderme aunque lo quisiera —dijo con simpleza y ajustó sus manos a las correas de su mochila.

—No sé si eres tonto o demasiado inocente, hyung —dijo el omega pollito mientras buscaba dinero en su mochila para comprar helados para ambos, de alguna forma quería hacer feliz al alfa y subirle un poco los ánimos al ver ese semblante oscurecido porque seguramente recuerdos no muy gratos estaban llegando a su cabeza.

Aquí YoonGi es súper masita, no puedo. Demasiado para mi corazón.

¿Les está gustando?

Las amo bebés. 💜