Ch. 28 Pt. 1: La vida...

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Fueron necesarios el triple de los policías que de los hombres de Anata para doblegarlos. No cabía duda de que estaban muy bien experimentados, y sobre todo, equipados. Numerosos oficiales caídos en combate, pero lo más importante, habían logrado acabar con todos los criminales. El lugar no solo estaba lleno de patrullas, varias ambulancias rodeaban aquel sitio. 

El oficial Michael Adams había recibido la orden directamente de Helmut Miller, antes de salir de allí, de rescatar a la detective. Tras la tediosa misión de acabar con los hombres de Anata, Adams y varios paramédicos pudieron entrar a la instalación para sacar a Blake. Su cuerpo reposaba en un charco de sangre y no registraba pulsaciones.

Las puertas de la ambulancia donde iba la detective se cerraron, y afanadamente trataban de devolverle la vida mientras se dirigían al hospital más cercano. 

La segunda orden que dio Helmut Miller, fue salvar la vida de Anata. Para el teniente, la muerte no era suficiente castigo. Anata merecía pagar, y sabía que seguramente su compañera hubiera estado de acuerdo con ello.  

Mientras tanto, la acompañante de Miller intentaba dejar de llorar en el asiento del copiloto. 

—Kirsten, no te alarmes —dijo el teniente en un tono paternal—. No puedo prometerte nada, pero te diré que Blake es la persona más fuerte que he conocido. Es muy probable que sobreviva. 

—Pero no sabemos nada. No nos han dado informes sobre cómo está y eso es mala señal —susurró Kirsten secando sus lágrimas. 

—O tal vez es buena señal, porque todos están tan concentrados en salvar su vida que no atenderán al teléfono —sugirió Helmut—. Escucha, si te hace sentir mejor, en caso de que todo salga como debe, en algunos días puedo llevarte a verla. 

—¿De veras teniente? —una Kirsten incrédula miró con ojos de preocupación esperanzada a Helmut—. Eso sería perfecto... Pero no estamos seguros aún de si todo termine bien... 

—No lo estamos, pero tenemos que actuar positivamente. Además no es la primera bala que Blake recibe. Ella es intrépida y una demente. Siempre escoge los casos más difíciles. Hay una buena probabilidad de que sobreviva. 

Kirsten miraba al piso consternada por la posibilidad de perderla, pero levantó la cabeza con algo más de ánimo por sus palabras. Mientras tanto, el teniente Miller trataba de adivinar qué clase de relación extraña tenía su compañera con aquella jovencita.

Luego de varias horas, Kirsten fue llevada a la estación de policía a presentar cargos contra Anata por todo lo que le había hecho, y también para recibir atención médica. Acto seguido, fue llevada a su casa. 

—Estarás segura aquí. Mientras Anata esté bajo custodia nuestra, nadie va a hacerte nada. Sin embargo, habrá vigilancia las veinticuatro horas del día hacia tu casa, y podremos rastrear tu teléfono. En caso de que te alejes más de un kilómetro de este punto, las autoridades serán alertadas así que si piensas ir a alguna parte llámame para avisarme. No le des mi número a nadie. 

Helmut decidió quedarse con ella hasta que entrara. La joven caminó a la puerta de su casa. Serían las diez de la noche. Al abrirla, su hermano y su madre corrieron a ella. La abrazaron con fuerza, cosa que le sorprendió a Kirsten, pues no sabía que su familia había sido avisada sobre su secuestro.

—Ya sabemos... Sabemos toda la verdad hijita —susurró su madre mientras la abrazaba y lloraba en silencio—. Nos hace tan feliz que estés de regreso... Y que estés a salvo. 

—Estábamos aterrados de que algo pudiera pasarte enana —dijo Logan revolviendo su cabello.

Al oír eso, Kirsten sintió un enorme alivio de no tener que explicar nada y solo abrazó a su familia. Su madre lloraba mucho, era obvio que le dolía la muerte de un gran hombre y esposo, y el que nunca supo toda la verdad hasta aquel momento.

La Nueva || Historia ChicaXChica.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora