Ch. 28 Pt. 1: Y la muerte (2/2)

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Disclaimer: el siguiente capítulo contiene material sexual que puede resultar no apto para todas las audiencias. Léase bajo su propia responsabilidad. Se recomienda discreción.



Ahí estaba Kirsten. Atrapada en el pequeño espacio entre la cama y el cuerpo de la detective Schmidt. Su corazón se aceleró. Sabía lo que se avecinaba. Lo quería, lo necesitaba. Tenía aquel insaciable deseo de sentir a Blake.

—¡A-ah! B-Blake —gimió la joven mientras sentía unas suaves manos recorrer su torso muy lentamente y escabullirse directo a su espalda.

—Mírame, Kirsten —susurró Blake con esa erótica voz que hacía que su alumna se derritiera. 

Una pequeña presión se liberó cuando la joven sintió que su sostén ya no estaba abrochado. Con gentileza, la detective le desprendió la prenda, dejándola con el torso totalmente desnudo. 

—Oh cielos —jadeó su maestra—. Todo esto va a ser mío. 

Y con una sonrisa posesiva, acercó sus labios al cuello de Kirsten, comenzando a besarlo con tanto deseo y tanta lujuria, que lo único que su alumna podía hacer era gemir. 

—¡Blake! ¡Sí! —gruñó al sentir sus dientes hundírsele en la piel. Sabía perfectamente lo que estaba haciendo; la detective la estaba marcando. De solo pensar en las marcas que tendría después, la joven se humedeció. 

Los besos de Blake dejaron atrás toda gentileza. Ahora eran pura pasión, puro deseo. Sus manos se detuvieron en los senos de Kirsten, comenzando a masajearlos. Sus dedos rozaban los pezones de la joven y la enloquecían.

—Eres perfecta para mí, Payne —sonrió Blake y cortando la distancia llevó su boca a besarle los senos. Kirsten soltó un grito, y aferró las manos a los fuertes hombros de la detective. Aquella insaciable lengua saboreaba su areola y por la acción de sus labios sus pezones se erectaron, volviéndose aún más sensible.

Blake cerró los ojos y soltó un grave gemido mientras besaba sus pechos y los saboreaba. Para ella la sensación era increíble. La piel de Kirsten tenía un perpetuo sabor que le resultaba adictivo. Todo en su mente se borró, y no hubo cabida para ningún pensamiento que no fuese su joven alumna. Siendo una detective, sabía bien que ante los ojos de la ley no era correcto. Kirsten tenía 17 años, y ella, prácticamente la doblaba en edad. Pero claro que eso no le importaba en absoluto. Sabía lo que quería. 

—Blake... Yo... ¡Ah! —la joven estaba abrazada al cuerpo de la detective con tal que esta no se alejase de su cuerpo. Necesitaba esos besos. 

—¿Sí, amor mío? —susurró Blake dejando sus mordisqueados pechos para deslizar las manos sobre el vientre de Kirsten hacia abajo, lento, muy lento. Puso las manos sobre la cinturilla de su pantalón, entonces sintió como su joven las apartaba de aquel punto. 

—No... Yo también quiero ver —gruñó desapuntando los botones de la blusa de Blake. Una vez la hubo abierto, contempló con deleite como la detective se la desprendía completamente y la aventaba lejos.

Kirsten observó ese escultural cuerpo que tenía delante de ella. Notó que tenía un par de cicatrices sobre la piel, que dejaba ver una musculatura firme. Sus oblicuos formaban una hermosa hendidura y resultaba mucho más fuerte de lo que cualquiera se hubiese imaginado. Bajo aquella ropa la detective ocultaba muchos secretos. 

—¿Te gusta lo que ves? —sonrió su maestra. Kirsten supo de inmediato que su contraria dedicaba varios días de la semana a ejercitarse. 

—Eres muy presumida —replicó para así sujetarla de los hombros y besar sus deliciosos labios carnosos. Las manos de Kirsten terminaron en el abdomen de su contraria comenzando a acariciarlo lentamente de arriba a abajo. Sintió a Blake suspirar, y comprendió que quizá había encontrado una zona sensible. 

La Nueva || Historia ChicaXChica.Where stories live. Discover now