THANKS FOR LOVIN' ME メ Jikook

05. Capitulo cinco.

¿Quién de sus conocidos podría tener la foto de un peluche?

Jimin no estaba entendiendo nada, pues tampoco conocía el número.

Entonces contestó.

— ¿Hola? — preguntó colocando el altavoz gracias a su oreja mojada por la reciente ducha.

— ¿Jimin? Soy Jungkook— respondieron del otro lado— mis padres preguntan que si vendrás a la hora de cenar.

—No lo sé— dijo luego de ver la hora— son las cinco y media, ¿A qué hora cenan en tu casa?

—A las seis.

—Entonces creo que sí llegaremos para cenar.

— ¿Con quien vendrás?

—Con mi mánager.

— Está bien. Adiós.

—¡Espera!—detuvo antes de que Jungkook cortase—¿Por qué tienes esa extraña foto de perfil?

— Oh, es mi terodactilo.

—¿Y cómo se llama?

— No lo sé— le dijo pensativo—, nunca me lo había preguntado. Creo que mamá debe saber. Espera— justo en ese momento se escuchó la voz de Jungkook subir de tono, formando un grito en el que llamaba a su madre— ¿Mamá, cómo se llama el terodactilo?— preguntó antes de escuchar una lejana voz femenina—¿Nunca tuvo nombre? Dios.

—Jungkook, debo irme— le manifestó— en un rato estaré en tu casa.

—Adiós.

Esta vez la llamada sí fue cortada, dejando un silencio durante un par de minutos.

Jimin salió del baño en dirección a la habitación para ponerse la ropa con la que saldría. Pero antes de eso se sentó en su cama, su cuerpo destilando agua, mojando las sábanas.
Se dispuso a poner un poco de música para el momento, odiaba el silencio total en momentos así.

Después de todo, Jungkook no parecía alguien difícil de tratar. Era risueño y amable, como él. Le gustaba tanto eso. Ya vería qué tan confiable era, aunque contaba con un aura leal.

La divertida música le dió un ambiente diferente a la habitación, logrando que hiciera extraños movimientos de baile de manera espontánea.

Se encontraba moviendo los brazos en descoordinación con sus piernas, haciendo extrañas pero divertidas expresiones con su cara a medida que se vestía.

Expresiones que Troy logró ver.

—Señor— llamó algo avergonzado—, debemos irnos.

Inmediatamente Jimin paró su baile y miró atónito a Troy, sintiendo su sangre bombear con fuerza a causa del nerviosismo y la vergüenza.

—Está bien— le respondió, caminando un par de pasos hacia la cama para tomar su teléfono y detener la música. Se dirigió posteriormente a la puerta, viendo cómo Troy seguía ahí parado— ¿Nos vamos?— preguntó.

—Señor, olvidó ponerse sus zapatos.

Fijó su vista en sus pies, los cuales efectivamente no tenían zapatos apropiados para salir, estando solo cubiertos con un par de medias y las pantuflas del hotel.
Con la vergüenza de su vida y el orgullo algo pisoteado se dió vuelta una vez más y buscó sus zapatos, colocándose estos luego de retirar las pantuflas.

—Por favor, ni una palabra de esto— le pidió al hombre, quien solo asintió y se hizo a un lado, dejándolo pasar, para después caminar detrás de él hasta el auto, como regularmente lo hacía.