Corazón de Melón en el Instituto. Ruta Castiel

Episodio 27: Montaña rusa emocional

S: (Al final, el picnic ha sido agradable... Cuando Iris y Thomas se han ido, el ambiente se ha vuelto más tranquilo.)

C: Ha estado bien, pero tengo que volver a casa.

S: Vaya...

C: No te deprimas. Vamos, te acompaño.

S: Vale.

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S: (Hemos tenido una conversación animada durante todo el camino. Tengo la impresión de que este picnic nos ha unido más.) Bueno, pues... buenas noches.

C: ¿De verdad creías que te iba a dejar irte así?

S: Y-Yo...

C: No tan rápido...

S: ¿Q-Qué? (Se ha acercado a mi con aspecto determinado.)

Madre de Sucrette: Sucrette...

S: M-Mamá... (Nos hemos separado en un abrir y cerrar de ojos.)

Madre de Sucrette: Siento interrumpiros, pero tu tía Ágatha está al teléfono y le gustaría hablar contigo, cielo. Desde la ventana he visto que estabas abajo, así que...

S: (Mi madre tiene una mirada maliciosa. Solo me apetece entrar y encerrarme en mi cuarto.) Ah, esto, bueno... Ya voy. (Me he despedido rápidamente y he cogido el inalámbrico mientras subía a mi habitación.)

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S: (¿Pero dónde puede estar esa condenada libreta...?)

C: ¿Qué haces aquí?

S: Oh, nada... Solo estaba buscando algo.

C: ¿Tu cara, quizás?

S: Ja ja, qué gracioso. ¿Te lo has inventado solo? (¿Pero qué estoy haciendo...? No puedo evitar estar a la defensiva con él, mientras que lo que debería hacer es bajar la guardia... Que lista soy... ahora va a ser complicado tener una conversación como adultos...)

C: ¿Vas a decirme qué te ocurre? Estás roja... da bastante miedo.

S: (Y no será hoy cuando él me facilite las cosas...) Ten... Tengo que hablarte de algo.

C: ¿Ah, sí?

S: Yo... (Nunca lo conseguiré. Se me atragantan las palabras... El estrés es tan grande que estoy temblando.)

C: ¿Pero qué...?

Delanay: ¿¡Qué están haciendo aquí!?

S: (Ambos nos hemos sobresaltado.) E-Estábamos...

C: Sucrette y yo vamos a realizar nuestra exposición de Geografía juntos. Solo estábamos poniéndonos de acuerdo para ver cuando la preparamos.

Delanay: Este no es lugar para hablar de ello. Los alumnos deben ir al patio en el recreo. Id a hablar allí.

S: S-Sí, señora. (La intervención de la profesora nos ha perturbado un poco... Castiel se ha ido por su lado y yo por el mío. Bueno, al menos he conseguido encontrar a Castiel y tengo una buena excusa para no haberle revelado mis sentimientos.)

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S: (Castiel parece tener prisa...)

C: Esta profesora es un grano en... ¡Parece que me esté persiguiendo!

S: ¿Hablas de Delanay?

C: ¿Tú qué crees? Es la única capaz de cebarse tanto...

S: El truco está en no quedarse quieto en ningún lugar durante más de 5 minutos.

C: Entonces, ya debería irme.

S: (Se ha ido sin decir una palabra más. Nunca conseguiré invitarle a salir con Rosa, Leigh y conmigo...)

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Priya: Gracias por haberme avisado, Sucrette. Has llegado en el momento justo.

s: Pero... ¿¡Cómo lo has hecho!? ¡Estaba justo delante de ti y no he visto nada!

Priya: Cuando se está acostumbrada a ser la nueva, se desarrolla un sentido anti-novatadas, puedes creerme.

C: No está mal, señorita ninja. ¡Eres bastante impresionante!

S: (¡Castiel también estaba ahí! Él y Priya debieron entrenarse en la misma escuela... ni me había dado cuenta de que estaba ahí... Priya se ha conformado con medirle con la mirada, como si intentase leer sus pensamientos. Todo esto no me tranquiliza... Ojalá pudiese no fijarse en él...)

C: ¿Y tienes más talentos así?

Priya: Podría sorprenderte.

C: En todo caso, es agradable ver que alguien la pone en su sitio... Se lo merece desde hace tiempo. Sobre todo sabiendo que acabas de llegar. Chapeau.

Priya: Quizás haya ido un poco lejos, pero empezaba a estar harta de que me acosasen.

C: Detrás de tu apariencia de alumna modelo, no te falta coraje.

S: (¿¡Pero va a dejar de hacerle cumplidos!? ¡No le reconozco!)

Priya: A mí me pareces muy observador para ser un chico solitario.

C: Tampoco soy un asocial.

S: (Vaya... Parece que Priya ha tocado un tema sensible... Eso no ocurre casi nunca con Castiel... En ese momento, ha sonado el último timbre del día. Los tres hemos salido del instituto.) Esto, bueno, yo vuelvo por allí. Hasta mañana.

Priya: Ah, que mala suerte. Yo vivo en la dirección opuesta.

C: Sin embargo tendrás que dejar de seguirme. Te he felicitado, pero no te tomes demasiada confianza.

Priya: Piensa lo que quieras, pero me he mudado a la frontera sur de la ciudad. Es un hecho.

C: ¿Me estás diciendo que somos vecinos?

Priya: Es muy posible.

S: (Esto es una pesadilla y me voy a despertar... Tengo la impresión de haber tardado una eternidad en acercarme a Castiel, y ella lo ha hecho en veinte minutos...)

C: Hasta luego, Sucrette.

Priya: Que pases una buena noche.

S: (Se han alejado. Castiel ha debido decir algo gracioso porque he escuchado a Priya reír. No soporto ni su risa. Es perfecta. No es forzada, ni demasiado fuerte. Lo necesario para entender lo cómoda que se encuentra con él. Oye, pero... ¿¡que se trae ahora entre manos!?)

S: (Ella ha apoyado su mano en el hombro de Castiel, como si se conociesen desde hace años. No me lo puedo creer. Al final, le dirá que debe tranquilizarse... Pero Castiel ha entrado en el juego y yo no he tenido otra elección que quedarme ahí, atontada, mirando como se alejaban. Me siento tan estúpida... Ni siquiera yo he osado nunca acercarme tanto. Pero, después de todo, de ahí es de donde viene mi problema. No actúo. Llevo esperando que pase desde el principio... ¡Quizás Priya consiga meterse a todos los chicos en el bolsillo, pero yo le llevo ventaja! Conozco a Castiel desde hace bastante más tiempo. Inclusa si nunca me he atrevido a ser tan directa con él, hemos tenido momentos de complicidad que sobrepasan con diferencia lo que ocurre con Priya. Esta vez lo tengo decidido. ¡Voy a dejar de padecer los acontecimientos y voy a actuar! Si no hago nada, Priya o cualquier otra chica con un poco de confianza en si misma, no dudará en hacerlo en mi lugar. Solo me queda saber como...)