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Era fin de semana.

Levi se las había arreglado para posponer sus "clases privadas" hasta este dia.

Y allí estaba.

Frente al gran portón negro, tocando el timbre y que durante la espera miraba su zapatos bien lustrados.

-Mierda, debí decir que estaba enfermó.

Un par de guardaespaldas esperaban tras de él, tenían claras órdenes de no dejarlo solo ni por un segundo, cosa que a Levi le irritaba bastante.

Finalmente el portón se abrió, dándole paso a la majestuosa casa, podía jurar que era solo un poco más grande que la suya.

Miraba alrededor, tenían un jardín enorme, un muy bien cuidado pasto, flores, dos fuentes. Era bello a su vista.

-Bienvenido, joven Ackerman, la señora Carla lo esperaba-habló un señor de cabello pelinegro, se veía que estaba en sus treinta.

-Bien.

Le dieron paso, para su sorpresa, era aún más hermosa por dentro.

-¡Levi!-apareció la agradable mujer.

-Buenos días, ¿Cómo está?-preguntó el menor con educación.

-No seas tan formal, me haces sentir como una anciana... Mi pequeño está en la sala, yo tengo que salir un rato por un asunto de trabajo, te lo encargo.

-Pero...

-¿Quiénes son estos?-Carla miraba a los guardaespaldas con una cara sería.

-Tenemos estrictas órdenes de...-habló uno de ellos.

-Si, si... Kuchel y yo somos íntimas amigas, Levi estará en buenas manos así que por favor salgan de mi bella estancia.

-No podemos señora.

-...-suspiró-bien, solo porque no tengo tiempo de lidiar con ustedes-Nile, acompáñame a la puerta.

El mayordomo que había atendido a Levi, se fue junto con la mujer castaña.

Los guardaespaldas se quedaron en los costados de la puerta por órden de Levi.

-¡Oye mocoso rompe pasatiempos! ¿Eh?-encontró a un niño haciéndose claramente el dormido-¿Qué se supone que haces?

-...-aguantaba la risa.

-Ya basta, es obvio que te estás haciendo el dormido, ve por un lápiz y acabemos con esto rápido.

-¡Jaja!-se levantó de golpe-¡Tú debes ser Levi!¡Mamá dijo que vendrías a jugar conmigo! Soy Eren-le dió una dulce sonrisa.

La boca del adolescente no sincronizó ninguna palabra, estaba perdido en los ojos de aquel niño.

Su autoestima sobre su físico bajo gradualmente al verlo.

Tenía los ojos más bellos del universo.

-Oye, oye...-Eren lo picaba-¿Qué quieres jugar?

-¿Qué? A nada, vamos a estudiar, ve por un lápiz-apenas reaccionaba.

-¿Estudiar? No quiero-Eren hizó un puchero.

-No es de que quieras, a eso vine...-lo tomó del brazo-ve a buscar un lápiz y una puta libreta.

-Que grosero, a nadie le gustan los niños groseros-le mostró la lengua.

-Me importa una mierda.

-¡Oh!¡Dijiste otra!

-Dejate de estupideces, vamos a estudiar matemáticas.

-¿Números? ¡No quiero!-sus ojos se hicieron llorosos.

De un jalón el pequeño se soltó, Levi soltó un chasquido por aquel ridículo berrinche.

Estaba por hablar nuevamente cuando recibió una patada en la entrepierna.

-¡Me caes mal!-Eren salió corriendo.

Levi cayó al suelo con un inmenso dolor.

El odio era mutuo.

Continuará...

¿Matrimonio? es como...¡HDP!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora