¿Quieres ser mi novia?

16 1 0
                                    

Alberto: Hola llegaste bien

Cele: Sí, gracias.

Alberto: Qué harás mañana.

Cele: No mucho. ¿Por qué?

Alberto: ¿Vamos a pasear?

Cele: Deja le escribo a mi madre para pedirle permiso.

Alberto: Vale

Mi madre me dio permiso porque le dije que iría con mi amigo Alberto a conocer un lugar, lo mismo el martes y el miércoles.

El lunes fuimos a un centro comercial, bueno, en realidad al parque que hay detrás del Centro Comercial, a la media hora dijo que se sentía mal. Entonces se fue a su casa y dijo que luego tenía que ir con su amiga para ayudarla con algo de los desfiles.

El martes fuimos a la Mitad del mundo, tomamos fotos que unos días después que se lo pedí, dijo que su hermana tenía la cámara y días después dijo que su hermano las había borrado pensando que ya estaban en su computadora.

El miércoles fuimos a un lugar que está en la cima de la ciudad, de donde se puede observar absolutamente, entes de seguir debo confesar que soy, o mejor dicho era de esas personas que cree en el hilo rojo, en el destino de las personas, en el amor verdadero, en el amor para toda la vida. Lamentablemente en ese entonces, creer n eso no iba a causar más que daño en mi vida.

Subimos a la parte más alta, desde ahí se ve la ciudad como un millón de luces. De la nada estábamos riéndonos y él me dijo que yo era muy pequeña y que me iba a alzar, me abrazó de la cintura y me levantó y entonces nos miramos y yo me acerqué y le di un beso, luego me bajé. No dijimos nada, sólo lo tomé de la mano y él iba detrás de mí, luego nos pegamos a una de las paredes y después de unos minutos sin decir nada, sólo viendo la ciudad él se paró frente a mí.

Alberto: Me gustas.

Cele: ¿Qué?

Alberto: Me gustas.

Cele: Quizá sea apresurado, mmm yo la verdad he venido aquí para estudiar y así, ya sabes, yo no...

Alberto: Me besaste...

Cele: Lo sé. Me dejé llevar. Además dijiste que hace poco habías terminado con tu novia, no creo que sea correcto que empieces algo nuevo, tan pronto.

Alberto: De eso también quiero hablarte, te mentí.

Cele: ¿Qué? ¿De qué hablas? ¿Tienes novia? No puede ser, no podemos estar aquí. No te rías.

Alberto: Me gusta que siempre armas drama de todo, digo que en realidad lo de la novia era mentira, solo tuve una novia hace años. Ya sabes que hablo con todo mundo y sobre todos con las compañeras del curso, entonces no quiero que piensen que es para coquetear, por eso inventé que tenía una novia, para poder ser yo mismo.

Cele: No tiene mucho sentido, si los demás se enteran que nos llevamos pensarán muchas cosas de mí.

Alberto: Tranquila, lo que importa es que me gustas. Sabes, quisiera decirte algo.

Cele: ¿En qué más mentiste?

Alberto: Ya vas... tranquila, sólo eso, tenía miedo de tu reacción, pero ahora ya te he dicho todo, me siento en paz.

Cele: Entonces prométeme que no volverás a mentir.

Alberto: Lo prometo, ahora, puedo decirte algo.

No puedo creer que me haya visto a los ojos y se haya atrevido a mentirme todo ese tiempo y que haya hecho una promesa que tarde o temprano no iba a cumplir. Me duele, duele demasiado. ¿Por qué le creí?

Cosas que no debería contarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora