Capítulo 27

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La mañana llegaba dando incio a un nuevo día frío en la ciudad, era un perfecto dia para que la nieve callera del cielo y los niños salieran a jugar con ella.



En una de las habitaciones para huéspedes de la casa que pertenecía a la pequeña como nueva familia, entre sus sabanas se encontraba un hombre de un atractivo abismal lentamente iba despertado un tanto desorientado, miraba todo borroso y la cabeza le dolía a horrores un quejido de malestar abandono sus labios. 



Sus oscuros orbes miraban toda la oscura habitación debido a las cortinas que cubrirían las ventanas, agradecía infinitamente ese gesto debido a su estado el sol lo mataría el joven hombre trataba de hacer memoria de la noche anterior. Solo recordaba que había salido de un hotel, tras acostarse con diversas chicas y de ahí todo estaba nublado. Solo sabía que había viajado aquél país en busca de su hermano, pero sobre todo diversión y sexo con cualquiera que estuviera dispuesto a ir a la cama con el, sea hombre o mujer solo era placer carnal que desataba los más bajos instintos de los seres humanos.



Con pesar el hombre abandona la cómoda cama, mirando que sus ropas habían sido cambiadas por unas diferentes ya no tenía aquella playera negra de manga larga entallada a su cuerpo. No ahora solo tenía un sudadera gris de cuello y unos pantalones con diseños de caramelos, eso le saco una sonrisa algo que no había echo desde hace algún tiempo.


Al salir de la habitación pudo oler un agrable olor a comida haciendo que su estómago soltará un gruñido, con un bello rojo adornado sus mejillas se encamina guiado por el olor bajando con cuidado las escaleras, hasta llegar a la planta baja escuchando con claridad las tres voces que provenían al parecer de la cosina.



El antiguo dios Eros como ex-profesor de Astrologia con cierto temor se acerca, hacía donde las risas se escuchan conocia la risa perteneciente a su hermano menor. Ahora entendía que habia llegado a la casa de Xiao Zhan mostrándole a todos aquel lado terrible de el, al llegar sus ojos miraron la más bella imagen que jamás penso observar.




Ahí dentro de la espaciosa cocina entre risas y bromas estaba un adulto y dos jóvenes disfrutando el tiempo que pasaban juntos mientras hacían el desayuno, jamas pensó ver esa expresión de felicidad absoluta en su serio hermano el estaba profundamente feliz por el, al menos el podía ser feliz y eso lo llenaba de dicha.


El pequeño hijo de ambos reia al ver como su padre llenaba de harina el rostro de su otro padre, risas salían de sus labios su rostro se iluminó al ver en marco de la puerta de la cocina a su tío, que tenía un semblante terrible y no era para menos por  como había llegado ayer, no esperaba que despertara hasta en la tarde. Con entusiasmo toma un plato que contenía un platillo típico de su país, con seguridad se acerca al que antes el podía llamar profesor y ahora con emoción le diría Tío.



Liu Haikuan recibe aquel plato de comida con una sonrisa, donde no dejaba de verlo unas ganas de llorar le invadieron debido que ese era su platillo favorito y solo Yibo podía saberlo, siempre había pesado que el no sabía nada de él o sus gustos pero otra vez le mostraba que nunca había sido así. Pese a su mala relación los primeros años hasta ahora que había mejorado considerablemente, mantenía ese pensamiento que Yibo no sabía nada de él, pero olvidaba que su hermano era muy observador no era imposible que el que no supiera lo que le gustaba o lo que no, todo ese tiempo había sido un gran tonto con su manera de pensar.

 Pese a su mala relación los primeros años hasta ahora que había mejorado considerablemente, mantenía ese pensamiento que Yibo no sabía nada de él, pero olvidaba que su hermano era muy observador no era imposible que el que no supiera lo que le gu...

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