EN MIS ENTRAÑAS | REED900

8 - PERDÓNAME

"Gavin... yo... lo siento"

Fueron las palabras que pronunció el androide el día siguiente al incidente de John Sommer.

Esa mañana, el humano había despertado y abierto la puerta de su habitación muy lentamente. Gavin avanzó por el pasillo y se encontró con un Nines arropado en el sillón de la sala con lágrimas en sus ojos. Parecía que había llorado durante el silencio de la noche. Su led titilaba en rojo y su cabello denotaba desorden.

Gavin lo rodeó con sus brazos y se quedo allí con él. Hacía mucho que no formaban ese vínculo entre ambos. Mucho tiempo había pasado en el que Nines se dejara abrazar o tocar por el humano. Acomodó su cuerpo y se recostó en el sillón a su lado.

El castaño volvió a tocar su cabello, a sentir sus labios en un tierno y necesitado beso. Parecía que ya se había olvidado del sentimiento de ser correspondido y amado. Lo necesitaba enormemente, la actitud de RK lo estaba exasperando. Necesitaba que todo volviera a la normalidad, necesitaba que Nines volviera.

Gavin besaba a Nines mientras barría las últimas lágrimas que bailaban por su rostro. Lo abrazo de nuevo en un intento por calmarlo y aguardo sin moverse ni un milímetro.

Cuando Nines por fin dejo de gimotear y al fin se relajó, Gavin se separo y volvió a mirarlo a los ojos. Ansiaba hablar, deseaba entender el por qué la actitud tan evasiva y discriminada de Nines. El androide, si bien se había disculpado varias veces, aun no había esclarecido el motivo de su comportamiento. Nines estaba al tanto de esto, la mirada del humano le demandaba explicaciones y respuestas. Gavin ni siquiera tuvo que preguntarle nada a RK900, que este solo comenzó a hablar.

Nines le explicó a grandes rasgos el fallo que experimentaba su sistema. Le comentó que en aquellas últimas semanas se hallaba furioso e inestable. Que no podía controlar su ira y que lamentaba toda su conducta.

Sin embargo, Nines no habló de su disfrute ante el sufrimiento humano, no le comentó a Gavin la repentina necesidad de provocar daño a otras personas. Si bien se disculpó por la muerte del sospechoso, no dijo específicamente lo que había sentido al matarlo. 900 pensaba que si hablaba de sus verdaderos sentimientos, Gavin se asustaría o le comentaría a alguien sus secretos. Optó por guardárselo e intentar ocultarlo a los ojos de su pareja. Sabía que estaba mal. Confiaba de sobre manera en Gavin, pero el error en su sistema solamente sería solucionado por un técnico en CyberLife o por él mismo.

En todo ese tiempo, Nines se había comunicado dos veces con Lance Warren ante la confección del componente que pondría fin a todo. Pero las noticias que recibió fueron de más desalentadoras. El componente aun no había sido fabricado, estaban uniendo todas las piezas centrales para armarlo. Esto fue recibido con desesperación para Nines. Sentía que no apuntaría por mucho tiempo, que explotaría si aguardaba una semana más. Temía perder la conciencia y dañar a Gavin o peor aun, matarlo. La noche posterior a la muerte de Sommer, había intentado con todas sus fuerzas eliminar el malware con nulos resultados. El tiempo se agotaba y la paciencia de Nines por tratar de controlarse a sí mismo era cada vez menor.