Capítulo 28.- Segunda oportunidad

640 46 6
                                    

—¿Hablaste con el?—Ni siquiera podía dormir así que esperé a Simon sentada a la orilla de la cama

—Sí, creo que ya tenemos una solución, fingiremos que va a ir con otro chico a ver una universidad, ya que tus padres no pueden salir del estado no podrán ir con el e irá con la familia de otro chico—hace comillas con sus dedos—y después inventaremos que se tiene que quedar o algo así

—¿Y no querrán ver al otro chico?

—Dijo que podía hablar con un amigo mago...—El hizo un movimiento nervioso e indeciso antes de sentarse a un lado mío—Freya, el... tiene miedo, talvez no tanto como yo pero... lo tiene

—Lo sé, quién diría que resulté ser pésima hermana—solté una risa carente de gracia

—Pero también se que no va a cambiar de opinión, podemos protegerlo, se que Raphael no te negaría su ayuda

—Gracias por todo Simon... si algo saliera mal podrías... tu solo podrías ver que ellos estén bien—Hice una pausa sintiendo como mi corazón se estrujaba dentro de mi pecho— No muchos Shadowhunters que sientan empatía por los humanos saben de ellos y...

—Lo haré... pero quiero que hagas lo mismo con Clary si algo me pasa—La mención de la Shadowhunter me hizo recordar mi presente y lo que pasaba en el instituto

—Lo haré, es mejor que descansemos un poco, lo más probable es que Magnus nos contacte mañana temprano—Me puse de pie y me acomode entre la sabanas de esa incomoda cama, mientras Simon se dirigía al baño, después de un rato cuando el finalmente se había acostado y todo estaba en completa oscuridad el volvió a hablar

—¿Mañana podrías acompañarme a un lugar antes de volver al instituto?

—Claro, ¿a dónde?—Su petición me resultaba extraña, quizás solo porque no estoy acostumbrada a su cercanía

✩★✩★✩★✩★✩

—Pastelito, no tengo mucho tiempo, dime que encontraste

—Encontré parte de sus recuerdos, pero creo que necesitamos una poción o algo así, ¿tú como te encuentras?

—Podría estar mejor, las cosas aquí son peor de lo que pensaba, es una cacería de brujas literalmente, los devolveré, pero no puedo estar ahí, escúchame bien Freya, no hables con nadie sobre lo que encontraste ni siquiera con Alexander ¿entendido?

—Si... Magnus, mi hermano Scott..

—Lo se... luego te explico todo, ¿Están listos?

—Sí—Ambos colgamos, el teléfono y con Simon entramos a la iglesia, caminábamos tranquilamente, cuando el ambiente se tensó, dirigimos una mirada detrás de nosotros, el silencio era inquietante pero continuamos caminando a paso más apretado, el pasillo parecía eterno, y un crujido se hizo presente seguido de otros más, al inicio eran leves pero se volvieron más y más fuertes, cuando nos encontrábamos a la mitad del camino el portal comenzó a materializarse, un sonido de quiebre espantoso fue seguido cientos de vidrios callendo por todos lados, tomé el brazo de Simon, y ambos corrimos hacía el portal el cual se encontraba frente al altar en el que se oficiaban las misas, cuando subíamos el escalón que nos separaba con nuestra salida fue como si pisara el fuego mismo, la marca que Christopher me hizo dolió tanto que me dejo sin respiración haciéndome hacia atrás inmediatamente, Simon al notarlo tomó mi brazo fuertemente, me impidió caerme, y haciendo uso de su fuerza sobre natural me empujo hacia el portal, cruzó después, aterricé en el piso y gritos lastimeros siguieron a mi caída, no podía hacer otra cosa más que sentir dolor punzante en mis piernas, me desmayaría en cualquier momento, habían voces de fondo que gritaban pero no entendía que decían, alguien me tomó en brazos y me arrojo a algún lugar donde no me podía quedar quieta intentando apartarme de aquello que me hacía tanto daño,  derrepente una sensación de entumecimiento me embargó, y de apoco el escozor fue disminuyendo, puede voltear mi cara un poco y darme cuenta que estaba en una bañera empapada incluso había hielo cubriendo la superficie, mis pies parecían quemados y el agua se teñía de rojo a la altura de mi pecho, yo solo podía dejar salir ligeros espasmos, y fue cuando mi cerebro volvió a ser consciente, enfoqué mi vista a lo que pasaba a mi alrededor, y pude ver a un histérico Raphael, gritar y jalar los cabellos de su cabeza, dando ordenes,  Simon apareció por el marco de la puerta nervioso en su dirección

Our LoveWhere stories live. Discover now