Wrong [DongJunChan]

02

Todo aquel día y el siguiente, DongHun estuvo haciendo planes para poder ver de nuevo a aquel pájaro exótico. Las posibilidades no eran muchas. No le gustaba visitar a los estudiantes de los últimos cursos, que estaban en la universidad distintos. BoMin, pensó, era muy conocido en la institución y fue al debate del martes con la esperanza de oírle: quizá fuese más fácil de entender en público. No le atraía en el sentido de quererlo por amigo, pero presentía que podía ayudarle. El cómo, no se lo formulaba. Todo resultaba muy oscuro, pues las montañas aún arrojaban su sombra sobre DongHun. BoMin, seguramente triscaba por las cimas, y podría extender hacia él una mano auxiliadora.

Una noche, poco antes de dar las diez, se coló fuera y esperó en el Gran Patio hasta que las puertas se cerraron tras él. Alzando la mirada, contempló la noche. Era en general indiferente a la belleza, pero "¡qué despliegue de estrellas!", pensó. Y advirtió también cómo la fuente repiqueteaba cuando se apagaron las campanas y las verjas y puertas de todo el lugar se cerraron.

Las dependencias de BoMin quedaban al final de un corto pasillo; éste, como no contenía ningún obstáculo, estaba a oscuras, y los visitantes tenían que deslizarse tanteando la pared hasta dar con la puerta. DongHun la golpeó con más fuerza de lo que esperaba, un golpe que le hizo estremecerse, y exclamó: "maldición", en voz baja.

"Entra", dijo una voz. El desencanto le esperaba. El que hablaba era un hombre de su propia universidad llamado Park. BoMin no estaba.

—¿Quiere ver al señor Min?... ¡Qué hay, Lee!

—¡Hola!, ¿Dónde está BoMin?

—No sé. —dijo con un gesto de desinterés

—No es nada importante. Me voy.

—¿Vuelves a la universidad? —preguntó Park sin levantar la vista: estaba arrodillado ante una torre de cilindros de pianola que había en el suelo.

—Supongo que sí, él no está. No era nada importante.

—Espera un segundo y me iré yo también. Estoy buscando la Sinfonía Patética.

DongHun examinó la habitación de BoMin y se preguntó qué se habría dicho en ella, y después se sentó en la mesa y contempló a JunHee. Era bajo, de ademanes sencillos, y un rostro de facciones regulares, que había enrojecido ante la aparición de DongHun. En la residencia tenía reputación de inteligente y también de reservado. Casi lo único que DongHun había oído decir de él era que "salía demasiado", y este encuentro en esa habitación lo confirmaba.

—No puedo encontrarla —dijo—. Lo siento.

—Bueno.

—Los cojo prestados para oírlos en la pianola del salón.

—Debajo de mi cuarto.

—¿Pero ya has pasado a la residencia, Lee?

—Sí, estoy empezando segundo.

—Oh sí, claro, yo estoy en tercero.

Hablaba sin arrogancia, y DongHun, olvidando el respeto debido a la veteranía dijo:

—Pareces más un novato que un veterano, no tengo más remedio que decirlo.

—Debe ser así, pero me siento ya como un licenciado.

DongHun lo miró atentamente.

—Min es un tipo sorprendente —continuó.

DongHun no replicó.

—Pero de todos modos hay algo en él que vale.

—Y a ti no te importa pedirle prestadas sus cosas.