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Yoongi termina de arreglar su cama mirando fijamente la esquina que le hizo luchar al menos quince minutos. Una pequeña sonrisa se instala en sus labios al darse cuenta que al menos eso puede controlar en su alocada vida. Sale de la habitación encontrándose con el cuerpo desparramado de Jimin sobre el sofá.

Desde lo sucedido, pasó exactamente una semana. No pudieron abrir el bar, debido a «recomendaciones» policiales. Según le dijo Jae, tienen que buscar cosas en él, y verificar que no haya cámaras o micrófonos, como si lo sucedido no fuera un simple robo. Una parte de él quiere creer que así fue; pero aquella que lleva años de experiencias al lado de quién una vez fue su jefe, le dice que no todos los ladrones irían en busca del collar que él tenía en su cuello, ignorando por completo el dinero recaudado. Quiso cuestionarlo, solo que ver a Yeonsoo por el ventanal, riendo y  bromeando con Jungkook, bastó para desestabilizarlo por completo. Es como si ella no fuera consciente de todo el caos que trajo a su vida.

La idea de creer que aún sigue siendo la misma chica, desaparece poco a poco.

Durante esos siete días, no pudo dormir más de tres horas por la noche. El insomnio y los pensamientos tortuosos no lo dejaban descansar, es como si quisiera excusar las acciones de ella. Gran parte de él no cree que todo haya sido en vano, no después de la carta, de las lágrimas que ella derramó la última vez que la vió. No después de ver qué en realidad estaba lista para vivir. Si Yeonsoo decidió hacer esto a escondidas debe haber una gran razón, sin mencionar que ahora trabaja para la policía.

Una parte de él quiere sabe el secreto detrás de todo, pero no está seguro de si puede soportar vivir con la respuesta. No quiere escuchar que ella sufrió mucho tiempo por él, o simplemente nunca le importó y es lo que siempre estuvo destinado a ser. De cualquier forma, prefiere mantenerse al margen, al menos hasta que su mente y su corazón estén tranquilos ante la presencia de Yeonsoo. Lo que parece cada vez más imposible. Se convenció durante tanto tiempo que lo que veía era producto de su imaginación que, ahora al saber que en realidad está viva, solo le genera escalofríos, miedo y alegría; todo al mismo tiempo. No puede pensar en ella sin creer que es un sueño.

Cuando murió Yeonsoo, con ella se llevó gran parte de su coherencia, razón y estabilidad. Se acostumbró a permanecer en la fina línea entre la cordura y terminar demente. No tiene idea de a qué lado caerá, pero debe hacerlo cuanto antes. Este juego mental solo le genera más malestar que el saber que está viva, o muerta.

Por otro lado, Jimin ignoró cada una de las llamadas de Haneul, incluso cuando ella apareció en la puerta del departamento. Yoongi no le hablo enojado, mucho menos resentido, solo fue indiferente. Haneul fue una gran amiga durante su recuperación, pero el pensar que todo fue mentira lo decepciona.

Namjoon come todos los días con ellos, como esperando que lo sucedido simplemente desaparezca. La culpa del cómo lo trató durante su último desequilibrio mental, lo está matando poco a poco, y no hay nada que esté en sus manos para paciguar ese dolor. Yoongi ya le dijo que le perdonaba, pero no es suficiente para un alma culpable.

Hoy, después de noches de desvelo, pueden volver al bar lo que en realidad es una de las mejores noticias que le han dado en días. Un poco de normalidad y tener la mente ocupada es lo que le urge. Yoongi patea los pies de Jimin provocando que caiga al suelo, y se va directo a la cocina para preparar un café caliente con leche de plátano para su amigo, y uno frío para él.

—¿Dormí demasiado? —Jimin llega a su altura y toma la taza caliente.

—No —responde y niega con la cabeza—. Quiero abrir las puertas del bar cuanto antes y olvidarme que la última semana sí pasó.

𝙴𝚏𝚎𝚌𝚝𝚘 𝙼𝚊𝚛𝚒𝚙𝚘𝚜𝚊 © » ᴹⁱⁿ ʸᵒᵒⁿᵍⁱ; BTSWhere stories live. Discover now