CAPITULO 4

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No soy dueño de kung fu panda ni de sus personajes créditos a sus creadores, lo que si es mío es el fic

Narrador

En el palacio de jade, dos niños jugaban con figuras de acción de los cinco furiosos y el guerrero dragón.

Niño 1: "Escucha, son los maestros entrenando."

Niño 2: "Sí, de seguro es un entrenamiento difícil."

Dentro del palacio, los cinco furiosos y el guerrero dragón se entrenaban arduamente.

Yo: "Bien, chicos, fue un buen entrenamiento."

Mantis: "Dilo por ti, estoy muy cansado."

Gruya: "Sí, además, a este ritmo, terminaré desmayándome."

En eso, escuché el gong y me dirigí hacia donde estaba el maestro Shifu.

Yo: "Maestro, ¿pasa algo?"

Maestro Shifu: "Shifu, no solo quiero enseñarte la última parte de tu entrenamiento."

Yo: "¿Y de qué se trata?"

Maestro Shifu: "De la paz interior."

Yo: "Maestro, tengo esa paz interior."

Pero en ese momento, un recuerdo de mi vida pasada surgió en mi mente. "¡Vete a casa!"

Maestro Shifu: "¿Pasa algo, Ziro?"

Yo: "No es nada, solo me duele un poco la cabeza."

En eso llegó Tigresa.

Tigresa: "Ziro, bandidos están atacando el valle."

Yo: "Voy enseguida."

Rápidamente, fui con los cinco furiosos hacia la acción y aterrizamos de forma dramática. Entonces vi que eran lobos, y uno de ellos habló.

Jefe Lobo: "¿Qué hace un lobo del otro lado?"

En eso, los lobos gruñeron, pero recordé algo que los lobos entendían: la sumisión. Les gruñí, y algunos retrocedieron, agachando la cabeza.

Yo: "Los lobos seguimos a un alfa, y ahora, soy ese alfa."

Sin embargo, justo cuando los lobos se abalanzaron, uno de ellos me golpeó con su mazo, recordándome a los ladrones que me habían matado en mi vida anterior.

Narrador:

Mientras los furiosos luchaban contra los lobos restantes, Ziro se encontró cara a cara con el líder de la manada. Con un gruñido desafiante, Ziro asumió una postura de lucha.

Yo: "¡Ven a enfrentarte, lobo!"

El líder lobo lanzó un feroz ataque, pero Ziro lo esquivó ágilmente, contraatacando con una serie de golpes rápidos y precisos. Los sonidos de los golpes resonaron en el aire mientras la lucha continuaba, con Ziro mostrando una destreza impresionante en combate.

Con cada golpe, Ziro se acercaba más a dominar al líder lobo. Sus movimientos eran fluidos y calculados, mientras que el líder lobo luchaba por mantenerse a la par. Finalmente, con un giro rápido, Ziro derribó al líder lobo con un poderoso golpe, enviándolo al suelo con un gruñido derrotado.

Jefe Lobo: "¡Grr... no puede ser!"

Ziro se mantuvo erguido, respirando profundamente mientras observaba al líder lobo retroceder, reconociendo su derrota. Con la amenaza neutralizada, Ziro se unió a los cinco furiosos para asegurar el valle y proteger a sus habitantes.

-Yo: ahora largo de.... pero en eso el lobo que era el líder estaba apunto de golpearme y me llegó a la mente a esos dos ladrones quienes me mataron en mi otra vida y me golpea con su mazo

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