Capítulo 3: Unirnos otra vez

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Pasó más o menos un mes desde la tragedia y Grace ya no podía aguantar con la tristeza, por más que trataba salir adelante por su hija no podía, se sentía absolutamente culpable por lo que le sucedió a Edward, pensaba qué si ella no se hubiera enojado aquella vez, su esposo seguiría con vida, ellos dijeron en sus votos matrimoniales "Hasta que la muerte nos separé" y qué pasaría si la muerte los volviera a unir, la descabellada idea vagaba por su cabeza todos los días, hasta que un día se decidió por hacerlo. Justamente llegó la noche del acto, espero a que Joanna se durmiera para organizar el reencuentro con su amado, eso sí se despidió de su hija con un "Nunca olvides que te amo", acto seguido cerró la puerta de su habitación, movió la cama y amarró una cuerda en el tubo de metal que sostenía la lámpara del techo, se subió a una silla y se ató la cuerda al cuello.

-Allá voy Edward, Perdóname Joanna-Susurró Grace, después saltó y lanzó un grito ahogado tan minúsculo que nadie lo hubiera escuchado y eventualmente murió

La pequeña Joanna seguía dormida mientras todo esto ocurría, pero se despertó después porque había tenido una pesadilla y se paró, para ir a la habitación para acostarse junto su madre, cuándo abrió la puerta de la habitación tan solo vio el cadáver colgando del techo, quería gritar, pero no tenía el valor para hacerlo, así que tomó su suéter y salió de la casa corriendo para encontrar ayuda, corrió y corrió hasta llegar a una casa de una familia llamada Los Russell. Ella los conocía ya que iba con sus padres a visitarlos múltiples veces. Tocó la puerta desesperadamente, Un hombre viejo abrió

- ¿Qué rayos quieres tan tarde niña? -Preguntó el anciano

-Ayuda, mi mamá cuelga del techo-Dijo la pequeña agitada

-Espera, ¿Tú eres la hija de Grace y Edward verdad? -Cuestionó el Anciano

-Sí, pero necesito ayuda-Dijo la niña cada vez más exasperada

-No puede ser, ¡Emma, despiértate es una emergencia! -Gritó el viejo hombre hacia el interior de la casa-Ven, tú entra y siéntate en el sillón-Le dijo el hombre a la pequeña

La niña entró con desconfianza y se sentó en un viejo sillón mientras oía como el hombre cerraba la puerta tras ella

- ¿Qué pasa Earskell? -Dijo una señora también vieja que bajaba por las escaleras

-A ver ¿Cómo dijiste qué estaba tu madre? -Le preguntó Earskell a Joanna

-Colgando del techo-Respondió

-Dios nos salve, hay que ir a tu casa de inmediato-Dijo Emma preocupada-Lenora, ¿Te la podrías llevar a tu cuarto por favor? -Añadió diciendo a la niña de nueve años la cual bajaba las escaleras

-Sí, vente-Dijo la niña tomando a Joanna de la mano

Subieron a la habitación, se subieron a la cama y se sentaron ahí. La cara de preocupación de Joanna era evidente, mas no hablaba mucho porque era muy tímida

- ¿Qué tienes? -Le preguntó Lenora a Joanna

-Miedo-Respondió la pequeña

- ¿Por qué? -Cuestionó insistentemente la niña

-Porque no quiero que mi mamá me abandoné-Contestó una vez más

- ¿Y tú papá?, ¿Dónde está? -Siguió preguntando Lenora

-En el cielo-Respondió algo afligida Joanna

-Mis padres también están allá, ¿Quieres que rece por los tuyos? -Le dijo Lenora

Joanna no sabía a qué o quién se refería el término así que asintió con la cabeza, Luego Lenora se bajó de la cama, se puso de rodillas, entrelazó las manos y empezó a murmurar palabras que Joanna no distinguía. Al cabo de veinte minutos Joanna ya estaba dormida y Lenora levantándose del suelo. Efectivamente su madre murió esa noche, y Joanna quedó muy inestable emocionalmente después de verla en ese estado. Emma le tuvo tanta lástima así que decidió adoptarla. Un mes después vino un chico de cabellos castaños y gorra, se parecía a su padre y la pequeña no pudo evitar asociarlo con él. Al parecer se llamaba Arvin Eugene Russell, tenía 10 años y venía a vivir allí porque también era un huérfano.

Delirios Inocentes (Fanfic El diablo a todas horas)Where stories live. Discover now