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HAWÁI DE VACACIONES, MIS FELICITACIONES
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Changkyun había llegado a Hawái un día antes de la boda, se estaba quedando en un hotel pequeño pero bastante precioso. Las alfombras eran rojas, los cuartos espaciosos y lo más importante, estaba cerca del lugar donde se realizaría el evento.

Si era sincero, no había dormido muy bien, no había visto a Jooheon, pero muy de lejos, vió a Minhyuk paseando por los jardines de el espacioso lugar verde donde se realizaría la boda, era una especie de club que se rentaría solo para aquel evento. Iba a entrar bajo el nombre de Daniel, y si algo pasaba, mentiría sobre su apellido.

Miró el reloj,en una hora iniciaría la boda, él, se encontraba frente al espejo de la habitación, arreglando su traje verde oscuro, se miró unas cuantas veces antes de maquillarse ligeramente. Estaba tan nervioso, además que Kihyun no dejará de llamar a cada minuto no le ayudaba en absoluto.

Apagó su celular y lo dejó debajo de la almohada. Tenía que admitir que Hawái le traía muchos recuerdos, todos con Jooheon. Cuando caía la noche y se besaban tiernamente, con pasión en su cuerpo, u otras veces dónde solo traían ropa interior y se dedicaban a admirar el cuerpo del otro.

Hawái de vacaciones, mis felicitaciones, pero de igual manera no quería perder a Jooheon. Muy bonito el lugar y la boda, pero era malditamente egoísta.

Sumando, le hacía un gran favor a Minhyuk, así él no sufriría por culpa de un amor apresurado de parte de Jooheon.

Subió a él auto que había rentado, de carrocería negra y bastante brillante, condujo hasta el lugar de la boda, se detuvo en el parqueadero y dejó ahí el auto, topandose con la sorpresa de que él auto blanco en el que se irían los recién casados estaba ahí al lado.

Suspiró profundamente, había llegado el momento.

Jooheon, acomodaba su smoking blanco, colocando la flor en su respectivo bolsillo junto a un pañuelo amarillo, el color favorito de Changkyun, debía dejar de pensar en él. Sobretodo cuando era el día de su boda con Minhyuk.

Se miró al espejo, no se reconocía, ese no era él, se veía triste, melancólico, mientras estuvo al lado de Im jamás se vió así, tal vez amarlo tanto o tal vez dejarlo así como así lo había convertido en eso.

Suspiró profundamente, alejando las ganas de llorar que se colaba en sus ojos, sonrió al espejo, tratando de convencerse de que todo estaría bien. Iniciaría una nueva vida con Minhyuk, y olvidaría a Changkyun.

Pero era gracioso, entre más trataba de olvidar a aquel joven de nariz perfilada, menos lo lograba y solo le llegaban más recuerdos de verlo acurrucarse a su lado en noches frías, verlo encima de él buscando contacto físico, verlo dormir en su pecho y escuchar esa caliente voz gruesa al inicio de sus mañanas.

Era como si de repente tratara de no pensar en una cuchara, de igual manera, pensaría en esa cosa de manera inconsciente.

Caminó fuera del vestidor al altar, todos sus invitados y los invitados de su prometido estaban ahí, tomó su lugar, al lado del padre mientras su mente seguía en otro lado del mundo. Odiaba sentirse así y se obligaba a mantener una leve sonrisa que no le nacía.

La sobrina de Minhyuk apareció, vestida con un lindo vestido pomposo de color rosa pálido, con una canasta tirando flores por aquella alfombra roja que se extendía desde una entrada llena de adornos y puentes florales. Al menos su prometido tenía el buen gusto de casarse en un lugar al aire libre.

Detrás de la niña, vió llegar a Minhyuk, él era guapo por naturaleza, vestía otro traje blanco, pero este tenía especiales zonas cubiertas de encaje que dejaban a la vista sus brazos y parte de la espalda, era hermoso,  Minhyuk era una belleza, lo admitía, pero Jooheon, sabía que prefería a chicos con un tipo de belleza más masculina.

Cómo... mierda si, como Im Changkyun.

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