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Oriana

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Cómo hacer para que venga conmigo
Que no me vea como otro maldito amigo
El tiempo sin verla me tiene podrido
Y acá no me siento mejor ni tranquilo

Ay f*cking destino, me tiene jodido
Solo pienso en ella, me siento perdido
Me importa un comino el mundo y los vivos
Si por ella tiro hasta un fernet de litro

Ay, no puedo entender
Me tiene muy mal con ese poder
Cuando me mirás yo no sé qué hacer
Me pongo colorao' a lo tomate

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Salí del baño con una toalla envuelta en mi cuerpo, llegamos de la playa hace media hora y eran como las seis de la tarde, estuvimos toda la mañana y tarde allá y por suerte la pasamos muy bien. Me cambié rápido porque en un rato íbamos a recorrer un poco el centro, desde que hablé con Mateo no paraba de dar vueltas por mi cabeza lo último que me dijo.

No le pude decir nada en el momento porque ya no sabía quién tenía la razón, desde que me lo encontré de vuelta ya no sé lo que siento, pero quiero hacerme la negada para que me entre en la cabeza que yo no seguía enamorada de él, pueden pasar días, meses, años y voy a seguir diciendo que Mateo no existe para mí.

Abri la ventana para que entre un poco de aire fresco y me apoyé en el marco de la misma para poder tener una vista mejor a lo que sería la playa, aunque estaba lejos, a mí me encantaba verla.

—Permiso...— se asomó Lucas por la puerta, yo me di vuelta para mirarlo y acto seguido le sonreí, él se acercó para ponerse al lado mío y también se apoyó en el mismo lugar.

—¿Te sigue doliendo la cabeza?— pregunté riendo, lo que pasa es que, cuando llegamos, se llevó puesta dos lamparas seguidas caminando para atrás y con los demás no parábamos de tentarnos.

—No me parece gracioso, ¿sabés?— se quejó echando un suspiro.— Después de que hablaste con Mateo, te vi media rara,  ¿pasó algo?— interrogó frunciendo el ceño, yo eché un suspiro pensando en qué contestarle, porque en realidad no me vi de esa manera.

—Lo mismo de siempre, nada nuevo para objetar.— contesté mirándolo de reojo, él asintió.— Pero siento que tiene tanta razón en lo que dice, porque, literalmente, me planteo de que él y yo vamos a volver a estar juntos y estoy tan segura de que, en cualquier momento, yo voy a tener que admitir que algo me pasa con Mateo aunque ahora mismo lo odie con todo mi corazón.— argumenté corriendo mi pelo para un costado.

—No lo perdonaste todavía, ¿no?— consultó, esta vez mirándome a los ojos, yo tuve la desgracia de tener que asentir.— ¿Te puedo decir algo sin que te ofendas?— insistió y yo lo miré.— Ori, si te todo te lo tomás personal, vas a vivir ofendida la mayor parte de tu vida.

—¿Qué querés decir?

—Que, por ejemplo, Mateo no te hace tales cosas, Mateo hace cosas y vos ponés en juego si te van a afectar o no por el resto de su relación.

bad luck; trueno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora