viii. ways to say goodbye

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CAPÍTULO OCHO
Maneras De Despedirse

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Luego de varias horas de festejo por la gran noticia, el grupo de amigos llegó a la casa de Roger -la única que estaba totalmente vacía, sin familiares que pudieran interrumpir sus planes- con la excusa de que la banda debía ensayar por si a algun...

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Luego de varias horas de festejo por la gran noticia, el grupo de amigos llegó a la casa de Roger -la única que estaba totalmente vacía, sin familiares que pudieran interrumpir sus planes- con la excusa de que la banda debía ensayar por si a alguno de los representantes se les ocurría la idea de verlos tocar.

Ophelia frunció el ceño, alejándose de Olaya por unos segundos.

-¿En serio tiene una batería en su propia casa? -McMahon murmuró.

Olaya se golpeó la frente con la palma de su mano, -No, es un holograma.

-Gracias por decirlo, Olaya -la mayor respondió irónica-. De verdad, no lo había notado. Te lo agradezco.

La pelirroja sonrió sarcástica, para luego dejarse caer rendida en uno de los sofás de la sala.

Roger, al notarlo, dejó de inmediato las cervezas que llevaba en una mesa y se sentó junto a la menor en un tiempo récord.

-¿Alguna vez te dijeron que tus...?

Olaya lo miró mal, -Cállate, Taylor. Coquetea con otra.

El rubio elevó sus cejas, al igual que su ego crecía.

-¿Qué ocurre? -Taylor interrogó- ¿Estás celosa?

Olaya abrió los ojos dramáticamente, -¿Perdona?

-¿Te molestó verme hablando con Kash? -Roger rió- Linda, si querías pasar la noche sólo debías decirlo.

-Bájale a tus humos, teñido -la chica espetó.

Roger posicionó sus lentes en su frente, mirándola fijamente, -Tú podrías bajar otras cosas.

«Bendito sea la madera, donde construyeron...»

-Sigue soñando.

Olaya aprovechó que Ophelia anunció que iría a fumar afuera, corriendo detrás de ella y así poder escapar de los métodos de coqueteo de Roger.

Nada bueno saldría de ahí si seguía viéndolo a su lado.

Entre tanto, Taylor frunció el ceño, observando como la chica se iba.
Olaya no había -no quería- cedido a ninguno de sus famosos truco de coqueteo, y eso lo estaba fastidiando.

Y un Roger Taylor molesto, no era algo bueno. La banda lo sabía más que nadie.

Finalmente, Mary se unió con las chicas, dejando a la banda a solas, únicamente con la grata compañía de sus instrumentos.

my oh my ; roger taylorWhere stories live. Discover now