piel manchada

capitulo 11

No era un simple tour

Narrador Omniconsiente

En una esquina de aquella gran habitación se encontraba una niña pelirroja de cuerpo y rostro flacucho,aquella niña derramaba lágrimas de pavor.

En su mente le había pedido a todos los dioses que existían,o al menos ella conocía,que la ayudaran a salir de aquel infernal lugar.

Echa una bolita contra la pared, aquella niña casi inconsciente, llena de sangre y moretones aún tenía esperanza de poder salir de ahí,aunque ya hubieran pasado 2 meses de haber caído en las garras de aquel despiadado hombre.

Y por otra parte,en la otra esquina de la habitación,se encontraba el,sentado en un lujoso y costoso sofá de cuero negro,vestido de traje y con un vaso de whisky en las manos,tan relajado como fuera posible.

El tatuado observaba sin un rastro de lástima como aquella niña lloraba,bebia de a leves tragos su whisky mientras en su cabeza terminaba de formular la nueva aberración que cometería contra aquella pequeña chica.

_-Sabes, creo que me pasé contigo hace dos semanas y desde entonces no haz dicho ni una sola palabra._se paró de la silla y dejó el vaso en una mesilla que había cerca del sillón_Y yo, me estoy comenzando a hartar._

Fue sacando su saco y camisa lentamente y dejándo las prendas en el sillón donde anteriormente estuvo sentado.

Camino hacía el escuálido cuerpo de la pelirroja la cual al ver como el se acercaba comenzó a alterarse y tuvo que sacar las manos de su espalda para proteger su rostro y algo de su cuerpo al sentir el duro impacto del cinturon contra su piel.
Otro ruido se escuchó en aquella habitación,algo pequeño se estrelló débilmente contra el piso,llamando la atención de Ian,el ruido provenía de detrás del cuerpo de su pequeña doll.

Algo confundido,movió con algo de fuerza el cuerpo de la chica,ya que la misma se negó intentando hacer fuerza para que no la moviera,lo que fue abruptamente fallido.

Y confirmo sus sospechas,detrás del cuerpecito de la chica encontró unas tijeras de metal.

Su primera reacción, llena de ira fue estrellar su mano contra el aterrado rostro de la Hanna y la segunda fue usar esa situación a su favor y ahora la chica debía pagar su castigo.

Se paró, tomó las tijeras y con calma volvió a beber un trago de su whisky. Respiró profundo y se calmó un poco.

Luego de unos minutos de auto intentar calmarse,se acercó hacía Hanna quien en reflejo de miedo alzó sus brazos intentado evitar los golpes en su rostro.

Pero para su sorpresa en vez de golpes esta vez la cargo como a un bebé y la llevo directamente al baño,Lo cual alarmó aún más a la chica, Temía que la volviera a golpear con el cinturón y la piel mojada.

_- Cálmate,no te voy a hacer nada,pero si te sigues moviendo te vas ganar unos buenos correazos_su voz sonó dura indicando que no jugaba,bueno,nunca lo hacía.

Aquellas palabras obligaron a la menor a mantenerse quieta quien observaba con cautela y miedo cada movimiento del mayor.

_-Duchate bien,te quiero en 15 minutos fuera del baño,golpearé la puerta una vez y si no sales,te irá muy mal._Dicho aquellas palabras salió del baño dejando a la menor con la mirada fija en la puerta que ahora se encontraba cerrada.

Solamente suspiró recordándose que pronto iba a salir de ahí y volvería junto a si familia y a su chica de ojos oscuros.

Abrió la ducha dejando que el agua tibia chocara contra su piel,al principio se tensó pero a los segundos se relajo y tomó el bote de shampoo, aplicando una cantidad pequeña sobre su cabello comenzando a hacer espuma,amaba su cabello,era la herencia más preciada que su padre pudo haberle dado,era largo hasta su espalda baja, en mucha cantidad y tan naranja como una zanahoria,lo enjuagó y repitió el proceso con la crema y luego con una esponja negra comenzó a enjabonar su piel, el jabón olía a galletas, su fragancia era bastante fuerte que gasta le provocaba hambre,cierta necesidad que desde hace tres días había estado tratando de ignorar completamente.