03

341 68 7
                                    

    Jungkook después de ofrecerle una bebida, se sentó frente a él y esperó a que el hombre dijese algo, mas el mencionado se encontraba totalmente relajado y pensando con total cuidado sus palabras.

—Jungkook —habló por fin y sonrió de forma amable—, tu padre pregunta qué debe hacer para que vuelvas a casa. Te extraña.

—Esas no son palabras de él —aseguró el chico—. Ambos sabemos que se volvió más insistente por algo más relevante que un simple lazo afectivo.

—No sé de qué habla —mencionó Bae.

El azabache rió como si algo hubiese sido ridículo para él.

—Claro, yo tampoco. Estoy loco. —Asintió levemente y pasó una de sus manos por su cabello. —Entonces, el Sr. Wohyung me extraña...

—Más respeto al referirse a su padre —defendió.

—Lo siento —se disculpó, no sintiéndolo en realidad.

—Escucha, Jungkook —continuó el mayor—, vamos a ver… ¿Qué es lo que quieres?, ¿un apartamento en Gangnam?

—Vaya, muy interesante —aseguró el azabache—. Sí, es posible que vuelva. 

—Entonces-

—Cuando termine la universidad y complete mi servicio militar —se apresuró a decir.

Bae se mantuvo en silencio por unos segundos, observaba los ojos de ese pequeño alfa y se preguntaba el cómo podía encontrar aún más paciencia para no golpearlo por esa actitud y esa forma de burla en que soltaba sus palabras. Era sencillamente estresante y picaba en su orgullo.

—Entonces… no hay nada qué hacer.

—Por el momento, no.

El mayor soltó un suspiro frustrado, decidió colocarse de pie y abotonar su saco como muestra de que ya se iba.

—Lo acompaño hasta la salida —ofreció el azabache y el contrario no dijo nada al respecto.

Los dos se acercaron a la puerta y en cuanto Jungkook abrió, Badáss aprovechó para salir casi disparado como bala. El menor ya sabía la razón.

—Mierda —murmuró para él y le siguió rápidamente, dejando a Bae totalmente confundido.

Se escuchó un pequeño estruendo y el hombre con curiosidad se acercó para observar. La escena le pareció muy curiosa; se trataba de un Badáss muy enérgico, encima de una persona que sólo se reía ya que el perro no dejaba de moverle la cola y sacarle la lengua. También, observó cómo Jungkook hacía varias reverencias en forma de disculpa, al parecer muy avergonzado, tema que identifico por sus mejillas demasiado coloradas.

¿Era vergüenza?

Se preguntó y ladeó su cabeza al cuestionarlo.

—Creo que esta situación inesperada se está convirtiendo en una rutina muy extraña —habló entre risas Taehyung y se sentó.

—Realmente… realmente no sé qué le sucede. De verdad, lo siento. —Volvió a hacer una reverencia y tomó del collar a Badáss.

—No es molesto —aseguró el castaño, mientras acariciaba las orejas del gran perro. Curioso, puesto que Badáss nunca dejaba que tocaran sus levantadas orejas.

Bae miraba con mucho asombro la escena. Era como presenciar a dos perros muy grandes siendo convertidos en cachorros juguetones.

Al final Taehyung se colocó de pie, medio acomodó su cabello y tomó su maletín.

CABARÉ [KOOKV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora