HoSeok siempre había sido normal, un chico alegre, abnegado, y con una familia perfecta, por supuesto, una donde no le faltaba amor, y lo trataban de maravilla. Pero todo eso era lo que veían los demás. Nadie sabia la realidad de lo que pasaba en su familia, ni de lo que lo atormentaba día a día. Porque, después de todo, él era realmente "feliz." Había conocido el amor a su corta edad, había visto lo hermosa que era la amistad duradera, y estaba confinado a un dogma religioso; pero era difícil ser feliz. Habían cosas que no le permitían ser feliz. Él solo quería que lo dejaran ser feliz. Y no las personas, no le rogaba a ellas. Se rogaba a si mismo ser feliz.