Cuatro

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La oscura habitación era lo único que Hoseok podía observar, a parte de la leve luz colándose por las rendijas de la puerta, donde fuera, escuchaba a su madre hablar con su padre, sobre él. Sobre su cuadro clínico.

Ese día no le habían administrado la anestesia, porque decidió quedarse quieto, sintiendo los pinchazos por todo su cuerpo, sintiendo todo tan fuerte, aquellos líquidos pasar por sus venas, y las manos de las enfermeras pasar desde su cuello, a sus manos y brazos, poniendo todo aquello que él necesitaba para vivir. Ya se había acostumbrado.

Ahora escuchaba a sus padres. Tuvo que hacerse el dormido, pero no tenia sueño y cuando su madre salió a hablar con su padre, pensando que él estaba dormido, supo entonces la verdad.

Él no estaba mejorando, y lo único que esperaban era que por un milagro mejorase, y eso no lo hacia sentir más que mal.

-SukHae... -Dijo su madre entre sollozos-, nuestro bebé está desfalleciendo... -La voz quebrada de su madre seguido de aquel llanto que él bien conocía -.

-Lo sé, cariño, lo sé. -Le dijo su padre, totalmente preocupado, y aunque se hacia el fuerte, HoSeok sabía bien que también quería llorar-. Pero aun hay esperanza, yo tengo esperanzas. Sé que Dios no lo dejará morir, yo confio en él.

-Yo ya no tengo fé, Sukhae, ya no... -Las palabras de su madre rompieron y solo se escuchaban los sollozos-.

Hoseok escuchaba dolorosamente todo lo que sus padres decían, sin que ellos supieran que le estaban haciendo daño con llorar y sufrir por él.

Lo menos que quería era tener que preocuparlos y darles una vida llena de tragedias. Porque el infante los quería mucho, y no quería verlos llorar.

Let Me Be Happy. [J.H.S]Where stories live. Discover now