1. Una Petición

823 113 1
                                    

Gun estaba tan impaciente por hacerle la gran pregunta a su papá. Él le suplicaría por un poco más de libertad en su último año como universitario. Ya había pasado mucho tiempo desde el "escándalo" y en verdad quería experimentar su último año de universidad como cualquier otro chico de su edad. Sus metas eran algo estúpidas pero en verdad deseaba vivir un poco. Sí, era el hijo del Primer Ministro y por lo mismo sabía que no podía hacer nada realmente estúpido pero salir a una fiesta o simplemente tomar un café con sus amigos sin que tuviera a cuatro personas protegiéndolo, era todo lo que pedía. Esto ya lo estaba abrumando. Había vivido así por 5 años, pues el año en que ocurrieron los hechos no pudo salir de la casa por un año.

Gun llegó a la casa de sus padres, a una semana de regresar a la universidad. Fue recibido como siempre por la ama de llaves, Jennie.

­—Hola Jennie, ¿Cómo estás? ¿Está mi papá en casa?

—Buenos días, joven Phunsawat. Sí, está en su despacho.

—Gracias. ¿De casualidad no habrás hecho unas de tus famosas galletas? Muero de hambre.

—Sí joven. Ya se las llevo. ¿Desea té o café?

—Un café me encantaría, gracias.

Gun se dirigió al despacho de su padre. Era sábado en la mañana pero su padre siempre estaba ocupado. Tenía un deber para la nación. Gun toco la puerta y el asistente del Primer Ministro, Gunsmile, le abrió. Él era la mano derecha de su padre, un tipo dedicado a su trabajo.

—Joven Phunsawat, no lo esperábamos esta mañana. ¿Sucedió algo?

—Hola, no realmente pero me preguntaba si podría hablar con mi padre en privado unos minutos.

—Un momento, por favor.

Gunsmile cerró la puerta. Gun ya estaba acostumbrado a los "protocolos" internos llenos de burocracia. Él simplemente los respetaba. Después de un rato la puerta se volvió a abrir.

—Joven Phunsawat puede pasar, tiene 10 minutos. Su padre tendrá una conferencia con unos embajadores que no puede ser retrasada. —Siempre era lo mismo, pero sabía que tendría que ir al grano, sin revuelos.

Gun asintió y entro en el despacho, más bien una oficina enorme pero a su padre no le gustaba ese término. Ya estando solo enfrente de su padre, Gun lo saludo.

—Buenos días padre, lamento aparecer de sorpresa pero tengo un asunto importante que tratar contigo.

—Hola Gun. ¿Cómo estas, hijo? Sabes que no es ninguna molestia. Primero soy tu padre, pero tengo obligaciones que debo cumplir. —Gun evitó rodar los ojos, amaba mucho a su padre pero sabía que tenía que hablar rápido, así que solo lo soltó.

—Bien papá. Iré al grano. Quiero que reduzcas mi seguridad. —Su papá lo observó con una ceja levantada e iba a comenzar a contradecirlo pero Gun siguió hablando. —Antes de que des tus argumentos negativos quiero aclarar que no te estoy pidiendo que me la quites solo que la reduzcas. Creo que 5 guardaespaldas es demasiado. Entiendo tu preocupación pero ya pasaron 6 años desde el incidente y es mi último año de universidad. No te estoy pidiendo que me des total libertad pero te pido, más bien te quiero suplicar que me entiendas y que reduzcas la seguridad a 1 guardaespaldas. ¿Puedes hacerlo, por favor?

Gun comenzó a poner ojitos de cachorrito. Él no era un niño mimado, bueno un poco cuando tenía que serlo. Su padre seguía con la ceja levantada mirándolo inquisitivamente, cuando comenzó a negar con la cabeza. Dio un gran suspiro y puso sus manos entrelazadas encima de su buró.

—Gun, ¿realmente crees que me vas a convencer con esos argumentos? Tú sabes bien que por lo que pasó hace 6 años no te voy a reducir la seguridad. Comprendo que este es tu último año de universidad y no te he dado la libertad que mereces pero tú y tu hermana son lo más preciado que tengo en la vida. Y si algo les llegara a pasar no podría vivir, ¿comprendes eso verdad?

En una Burbuja (OffGun)Where stories live. Discover now