Casate Conmigo | Luwoo

Extra 1

Begin

Jungwoo siempre se dijo a sí mismo y al mundo entero que se quería casar con Lucas, pero rara vez se ponía a pensar en lo que realmente significaba eso, porque no sólo era pertenecer legal y celestialmente al chino, sino que iba más allá, una vida juntos, día a día compartiendo, hora tras hora en el mismo espacio sin dejar pasar un día sin verse.

Es decir, atender todas las necesidades básicas propias y de su marido.

Al principio eso le pareció fascinante, compartir casa con Lucas, dormir y despertar a su lado, comer en la misma mesa, ducharse juntos, hacer el amor donde quisieran y con el ruido que quisieran, pasar sus tardes el uno con el otro y así. Pero no le tomó mucho tiempo darse cuenta de que no sólo era eso.

Cuando terminó su luna de miel fue cosa de una semana para enterarse de que la vida de casado no era tan sencilla y preciosa, bueno, preciosa sí, pero también complicada. Tenía que cocinar, y no sólo eso, pensar en un menú diferente para cada día y cada comida de todo el día, al menos debía tener en mente tres comidas para preparar en un transcurso de veinticuatro horas. También tenía que mantener la casa limpia, eso no era tan desgastante porque ya lo hacía en su casa con sus padres, pero ahora, además de los deberes básicos como barrer, trapear y lavar los trastes, también debía ir de compras, revisar lo que faltaba en la casa para tenerlo lo antes posible y muchas otras cosas que eran pequeñas y que su madre o su padre se tomaban la molestia de hacer, evitando que notara cuan importantes eran. Incluso debía sacar cuentas con el dinero para dividirlo en los gastos de agua, luz, víveres e internet, ajustandolo para que al final no les hiciera falta.

Y eso era cansado.

Lucas le ayudaba, claro, eran un matrimonio y funcionaban trabajando juntos, pero a Jungwoo no le gustaba mucho que lo hiciera, prefería que se mantuviera trabajando a que lo ayudara con la casa, él quería hacerlo por su cuenta para demostrarle que era un buen esposo que podía atenderlo como era atendido en su casa con su madre y que había hecho bien al decidir casarse con él.

Pero en verdad que se le complicaban las cosas, aun ahora, que tenían sus lindos seis meses de casados, Jungwoo no lograba adaptarse totalmente a su nueva rutina de repartir sus tiempos en un itinerario para cumplir con todas sus tareas sin dejar alguna pendiente que le quitara tiempo valioso del día siguiente.

Y lo estresaba, porque había días en los que olvidaba hacer algo y cuando se daba cuenta le quitaba su tiempo de libertad con Lucas, teniendo que dejarlo pendiente para hacer su deber. Temía que su esposo creyera que él no podía con el matrimonio porque era muy joven y que se habían equivocado al casarse.

Jungwoo estaba seguro de quererlo, él quería tener a Lucas en su vida de esa forma y estaba siendo un desastre en ello.

— Gracias Jeno, en verdad, no sé qué hubiera hecho sin tu ayuda — Agradeció a su amigo cuando salió del banco después de pagar sus tarjetas, había olvidado pagarlas a tiempo

— No es nada, es hasta divertido ver cómo es la vida de casado, estoy aprendiendo mucho — Sonrió encendiendo su auto para ir a la casa de Jungwoo, sólo le había pedido ayuda para transportarlo al banco y ya había cumplido con su labor

— Creeme, no está siendo muy divertido — Suspiró con una sonrisa dolida que trataba de ser alegre

Jeno alzó una ceja y miró a su amigo, quien había perdido la vista por la ventana del auto, mirando nada exactamente.

— ¿Porqué? ¿Lucas no es lo que pensabas? — Preguntó temeroso de que le diera una afirmativa, él quería mucho a su amigo tal como lo había demostrado esa vez que Momo besó a Lucas, consolandolo porque le partía el alma verlo triste y el simple hecho de imaginar que su matrimonio no estaba yendo bien le apretaba el pecho, porque ya no era sólo una relación de novios que podían terminar en cualquier instante y después reconciliarse, no, ahora se trataba de aguantarse los problemas o de llegar a un límite para separarse sin vuelta atrás y él no quería ninguna de las dos para Jungwoo