Casate Conmigo | Luwoo

Extra 2

Familia

Jungwoo estaba sudando de las manos mientras esperaba sentado en la clínica, estaba tan nervioso que siquiera pensó en el dolor de la aguja atravesar su piel para sacarle sangre, apenas y se había dado cuenta de eso, el tiempo estaba yendo sumamente lento y sólo reaccionó cuando la señorita le dijo que en media hora le traían los resultados, pidiendo que sostuviera la torunda donde fue puncionado para que dejara de sangrar.

Había ido solo porque quería ser el único en saber si sus sospechas eran ciertas, ni Renjun, ni Jeno, ni Sicheng, ni Donghyuck estaban enterados de que había ido a hacer la prueba, mucho menos Lucas o sus padres y suegros, nadie, absolutamente nadie sabía de eso.

Jugó con sus manos en lo que el tiempo pasaba, tamborileando los dedos sobre sus rodillas, secando su sudor en los pantalones o juntando las palmas y frotandolas para darse calor, estaba helado y comenzaba a tener escalofríos.

En verdad que estaba nervioso.

— Disculpe, aquí está — La misma señorita de hace un rato le habló y Jungwoo dio un brinquito en su lugar, levantándose de inmediato para acercarse

— ¿Cuánto va a ser? — Preguntó mirándola a los ojos y doblando la hoja, no quería ver el resultado, no aún y no ahí, prefería llegar a su casa para que su reacción al ver negativo o positivo no lo hiciera quedar en vergüenza

La señorita le dijo el precio y él lo pagó de inmediato en efectivo, no iba a usar la tarjeta, el informe del pago iba a llegar al celular de Lucas y entonces se enteraría, y Jungwoo no quería que supiera que había ido a hacerse una prueba de embarazo.

Agradeció con la sonrisa más sincera que tenía para dar y salió de ahí con prisa, queriendo llegar lo antes posible a su hogar.

Jungwoo se había estado sintiendo diferente, no presentaba los síntomas típicos de náuseas, antojos o cambios emocionales, pero él lo sentía, sentía que había algo que había cambiado en él, y se puso a pensar en qué podría ser, sus actividades eran las mismas, su dieta jamás se modificó, no habían más situaciones estresantes que lo alteraran, todo seguía normal.

Pero entonces, recordó cierto detalle.

El día de San Valentín lo celebró con Lucas un par de días después del catorce, porque sus vacaciones coincidían en esas fechas. Fueron a un hotel en Jeju por una semana y por pensar en otras cosas olvidó llevar sus pastillas anticonceptivas, pudo comprar unas ahí, pero la verdad estaba muy emocionado con su esposo como para pensar en ello, además de que pensó que en una semana no podría ocurrir nada, no después de años cuidándose, una semana era insignificante.

Entonces lo único que hizo en esas vacaciones fue hacer el amor con Lucas todos los días, a cada momento y donde se les diera la gana dentro de su habitación, porque habían alquilado una muy buena, y grande, muy grande como para ponerse creativos de todos los lugares en los que podrían hacerlo.

Y ahí estaba, mes y medio después, asustado porque posiblemente esa semana insignificante no fue tan insignificante como creyó.

Entró a su casa y se relajó un poco, estaba en su zona de confort y eso le daba calma. Suspiró y se sentó en la sala, dejando la hoja sobre la mesita frente al televisor, viéndola con ansias y miedo, quería abrirla para sacarse de dudas pero temía que realmente se resolviera su duda.