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al siguiente día, beomgyu fue recibido por hueningkai, que lo esperaba a unos pasos de donde se hallaba su casillero.
─buenos días, hyung ─saludó con una sonrisa, una más brillante de lo usual ─yo, uhm... quería saber si podemos hablar después de clases...
─sí, está bien, hyuka ─se puso de puntitas con el objetivo de revolverle el cabello al contrario, cosa que logró ─nos vemos después, ¿bien?
─bueno, no quiero esperar hasta la tarde por esto, es solo que... ─kai se sonrojó. el mayor casi moría de ternura justo ahí ─quería preguntarle sí... sí no estaba bromeando con lo que decía la carta.
─buh, ¿acaso no quedó claro? ─beomgyu hizo un pequeño puchero, viéndose más pequeño de lo usual ─me gustas, hueningkai. no estoy jugando ni nada. tú... no sé cómo explicarlo... eres lindo y me gusta pasar tiempo contigo.
─t-tú también me gustas, hyung ─rió con algo de nervios, yéndose ya que si no perdería clases.
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tan solo dio unos pasos dentro del enorme edificio para llegar a su casillero, encontrándose con yeonjun esperándolo a un lado de este.
─¿jun? ─preguntó confundido, el mayor casi nunca iba a buscarle, a menos que...
─beomgyu, voy a ser directo, quizá muy directo. también me gustas ─el pelirrosa lo acorraló contra los casilleros, importandole poco que el pasillo estuviera lleno de gente, aunque en realidad está no les ponía atención en lo absoluto.
─ahm, e-este... hyung... ─tartamudeó ante la crisis que estaba teniendo, hace literalmente dos segundos estaba saludando a yeonjun y ahora éste se encontraba tan cerca que incluso podía oler su sutil perfume.
─dijiste que te gusto ¿no? ─cuestionó y el castaño asintió ligeramente ─pues tú también me gustas, es fácil de entender. ¿te parece salir mañana?
─está b-bien ─enseñó sus dientecitos con una sonrisa, su corazón casi explotaba al tratar de asimilar que ¡el chico que más le gustaba lo estaba correspondiendo!
