just running and kissing ∠(`ω' )

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─¡no me mires mientras como, idiota! ─beomgyu se quejó, dándole un golpecito suave a soobin en el hombro

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─¡no me mires mientras como, idiota! ─beomgyu se quejó, dándole un golpecito suave a soobin en el hombro.

ambos estaban tomando el almuerzo a escondidas en la biblioteca, porque era el lugar más tranquilo del instituto. aunque ellos se encargaban de acabar con esa tranquilidad con sus peleas y gritos.

era extraño, pero ambos estaban más que cómodos llevándose de aquella manera. todo empezó cuando el castaño descubrió que soobin amaba molestarle por cualquier minimo detalle.

─pero, es que te ves demasiado tierno con las mejillas llenas de comida ─el mayor rió, dando varios toques a los mofletes suavecitos del contrario.

─n-no digas eso... es vergonzoso ─beomgyu puchereó, fingiendo posar su atención en el sándwich entre sus manos, aunque veía de reojo a soobin, que seguía mirándolo atentamente esperando a que comiera ─basta, me haces creer que como demasiado.

─no, no. pero... yo si quiero comerte demasiado a besos ─soltó con simpleza el pelinegro, observando divertido la mueca en el rostro de beomgyu.

─¡t-tú...! ─el sonrojo se expandió en toda la cara de beomgyu, que dejaba su sándwich de lado para ponerse de pie lentamente ─s-solo... solo lo haces para molestarme, b-bobo...

─¿vas a correr hacia la azotea de nuevo? ─soobin preguntó, incorporándose cautelosamente también.

─q-quizás... ¿por qué?

sí, beomgyu huía demasiadas veces a la azotea del instituto cuando soobin le decía cosas vergonzosas. era su último escondite, pues el contrario ya conocía su aula y su casillero. aún así también se había convertido en uno de los lugares en donde el mayor y él se veían con más frecuencia, a veces escapando de las clases para mirar al cielo despejado y charlar de temas al azar sin ser molestados.

─porque ambos sabemos lo que pasó la última vez ahí y podría suceder de nuevo ─susurró, esperando que nadie en la casi vacía biblioteca lo escuchara.

y el menor sabía a lo que se refería. la última vez que habían ido a la azotea, soobin intentó y logró robarle un beso. el primer beso entre ambos.

─uhm, no, n-no... ─negó varias veces con la cabeza, esperando el momento en el que bibliotecario desviara la atención de ellos para salir corriendo y así no recibir un regaño ─estoy b-bien así, hyung.

─¿seguro? ─levantó una ceja, dejando ver sus dientes en una ligera sonrisa ─¿quieres que cuente hasta tres o...? ─no pudo terminar antes de que beomgyu le dedicará una maldición, corriendo y desapareciera entre los estantes llenos de libros.

el pelinegro fue tras de él, viéndolo dar la vuelta hacia el pasillo de siempre, ese que estaba completamente vacío a la hora del almuerzo y por el que podían correr sin recibir llamadas de atención. aunque esta ocasión no, el profesor de matemáticas había decidido que era buena idea pasar por ahí en ese mismo momento.

pedacitos de corazón ↯ beomgyu × txtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora