IX

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Especial :: n a v i d a d




Navidad, festividad tanto odiada como amada. Ya sea por una cosa u otra, es una fecha que despierta sensaciones en las personas, incluso si es desinteres, de todas formas hay un "algo" en particular.

Reborn era un caso especial, él jamás había celebrado ninguna festividad, pues jamás se quedaba en ningún lugar. Antes de conocer a sus amigos iba de pueblo en pueblo sólo buscando elementos de supervivencia para después marcharse. A pesar de eso, la navidad era un día que siempre le interesó, una festividad que siempre quiso compartir con personas que apreciara. No lo decía en voz alta, pero lo pensaba... Y por fin podría hacerlo.

Durante todo ese mes se había puesto "suéteres feos", como lo llamaban sus amigos, que se le veían bastante bien y que siempre le había hecho ilusión poder usar. Tanto fue su entusiasmo al momento de comprarlos en un pueblo cercano, que su novio también quiso varios, causando que a los ojos de sus amigos se vieran muy tiernos usando "suéteres igual de feos".

Ya siendo veintitrés de diciembre y sabiendo que la fecha esperada por todos era al día siguiente, los habitantes del hotel dormían cada uno en sus hogares, descansando bien para estar activos por la mañana.

Bueno, ellos pensaban así... Excepto uno.

Auron estaba desesperado, pues quería saber qué le regalaría Reborn. Era alguien sumamente curioso y cuando escuchó a Momon decirle a Axo y Perxita que el de voz gruesa le tenía un regalo "muy bonito", no quiso esperar y se puso a buscar como loco por toda la casa el dichoso obsequio.

Se había quedado sin lugares, y es que no había nada que no hubiese revisado ya. ¿Podría haberlo escondido alguno de sus amigos? No, Reborn era muy reservado y hasta egoísta algunas veces. Puede que le mostrara a su mejor amigo el regalo, pero jamás se lo confiaría para que lo guardara.

— ¿Reborn? — Susurró, tumbandose en la cama, al lado de su novio, moviendolo ligeramente. Al quedarse sin ideas, su "plan Z" fue despertar al castaño para preguntarle de forma directa. — ¡'Joputa, despierta! — Gritó al no obtener respuesta la primera vez.

— Dime. — Volteó tranquilo para quedar de cara al menor, hablando con voz somnolienta y los ojos cerrados. Estaba tan acostumbrado a los gritos de su pareja que ya no se inmutaba cuando alzaba la voz.

— ¿Qué me vas a regalar? — Se acurrucó en el pecho del de voz gruesa. La noche estaba bastante fría y el calor corporal del contrario lo aliviaba luego de andar descalzo minutos antes.

— Se supone que es una sorpresa, ni de coña te lo digo. — Sonrió, cubriendo el otro cuerpo con las sábanas y mantas, para posteriormente abrazarlo y acariciarle el cabello.

— Pero Reb... — Pocas veces se quedaba sin palabras, mas el sueño lo estaba venciendo y no tenía muchos ánimos.

— Si yo te lo digo, significaría que también debo saber qué me vas a dar tú.

— Eso no es justo. — Dijo de forma infantil, ahora escondiendo su rostro en el cuello del alto.

— Yo creo que sí lo es. — Se rio, besando la frente del pelinegro. — Vamos a dormir, anda.

— No, no vamos a dormir. — Auron era testarudo y bien lo sabía su pareja. Se sentó en su lugar y miró los ojos ajenos, mostrando una mueca de enfado. — ¡Quiero saber qué coño me vas a regalar y...! — Se calló ante la última idea que pasó por su mente. Sonrió con malicia. — Vamos, Reb, prometo portarme bien si me lo dices. — Volvió a su posición anterior para lamer y morder el cuello del alto, escuchando como éste suspiraba complacido.

Dirty dreams // RebornplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora