Semana número uno

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Fruncí el ceño cuando un escalofrío recorrió mi cuerpo bostecé con fuerza y rodee bajo las sábanas, buscando ciegamente el cuerpo de mi chico para así volver a dormir.

Abrí los ojos al instante cuando sentí la cama fría de su lado, me senté y visualicé nuestro cuarto vació, notando que el ventanal hacia el pequeño balcón estaba ligeramente abierto. Pase mis manos por mi rostro repetidas veces intentando quitar el cansancio que sentía para luego levantarme, tomando el chaleco grueso que tenía al borde de la cama y colocándomelo mientras caminaba hacia afuera.

El cuerpo de Stiles apareció en mi campo visual a los segundos, luciendo nada más que una delgada camiseta vieja mía y un buzo de chándal gris que le quedaba flojo, sosteniendo apenas un cigarrillo a medio consumir entre sus dedos.

Ladee la cabeza y me acerqué con lentitud, colando mis brazos alrededor de su delgada contextura, presionando mis manos en su estómago y mi barbilla en su hombro.

- Buenos días, caramelo- susurré contra su cuello, riendo entre dientes cuando lo sentí pegar un salto.

- D-Derek, me asustaste idiota.

- Vaya, que humor- mordí ligeramente su piel, sintiéndolo estremecerse en respuesta- ¿Qué haces despierto tan temprano y desabrigado, Sti? Estas helado- se encogió de hombros mientras apagaba el cigarrillo y lo dejaba en el cenicero, girándose luego y presionando su rostro tiernamente en mi pecho, besando justo en el centro, cerca de mi corazón. Forme una pequeña sonrisa sin poder evitarlo.

Las groserías excesivas y infaltable sarcasmo que tenía Stiles flaqueaba siempre conmigo, dejando aparecer su lado suave, dulce y tranquilo. Era perfecto con su personalidad ambivalente.

- No podía dormir así que decidí fumar un poco.

Asentí despacio, besando su frente durante unos segundos para luego dirigirlo hacia dentro de nuestro apartamento, buscando rápidamente uno de sus polerones para ponérselo junto a unos calcetines gruesos de lana.

Acune su rostro entre mis grandes manos antes de que fuéramos a desayunar, viendo como el rostro de Stiles cabía perfectamente entre ellas.

- ¿Estas seguro que es lo único que pasa, mi amor? ¿O tuviste una pesadilla?

- Estoy bien, Sourwolf, no te preocupes- respondió con la voz cansada y algo ronca, mirándome con una pequeña sonrisa y colocándose de puntitas para atrapar mis labios con los suyos. Cerré los ojos y respondí calmadamente al primer beso del día, el sabor del cigarrillo y el de Stiles mezclándose perfectamente con el mío.

Baje mis manos en una caricia hasta llegar a su cintura y lo presione con un poco más de fuerza contra mi cuerpo, sintiendo sus manos viajar al mismo tiempo hacia mi cabello masajeándolo dócilmente.

- Te amo, grandulón- reí y mordí su labio inferior dándole un leve tirón.

- Yo te amo mucho más, precioso. 

Tú Puedes, Amor [STEREK]Where stories live. Discover now