Semana número cinco

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Besé perezosamente los húmedos labios de Stiles, disfrutando de los ahogados gemidos que dejaba escapar por cada lenta embestida que atinaba contra su delgado cuerpo.

- M-Mierda, Derek, eres demasiado g-grande- jadeo mi chico mientras se encorvaba temblorosamente, ladeando la cabeza y dejando así su cuello expuesto.

Stiles mágicamente había dejado de sentirse mal, fue casi como una recuperación instantánea al día siguiente de la conversación, pero estaba seguro que su terquedad por no ir a la clínica a que lo revisaran tenía algo que ver, pero como los síntomas habían disminuido y realmente estaba mejor, decidí dejarlo pasar.

Sonreí y baje mis labios hacia su hombro, besando y mordiendo ligeramente su lechosa piel mientras bajaba mis grandes manos suavemente por los costados de su cuerpo hasta llegar a sus dulces muslos.

- Te amo, Stiles- susurré roncamente en su oído, notándolo tensarse en respuesta.

- ¡O-Ohh dios, ahí, ahí j-joder!

Tensando la mandíbula, forcé mis dedos contra sus caderas y aumente el ritmo de las penetraciones, convirtiendo rápidamente el vaivén en uno rudo, fuerte y preciso contra su nudo de nervios logrando volverlo loco a los segundos.

- Maldita sea, S-Sti.

- D-Derek, Derek, sigue por favor, D-Derek. ¡Hmm!

Separándome ligeramente de mi chico, levante sus piernas hacia su pecho y lo follé frenético en esa posición, admirando lo hermoso, caótico y salvaje que se veía con las mejillas sonrojadas, los ojos entrecerrados, los brazos arriba de su cabeza afirmándose fuertemente en las barras de la cama con su pelo completamente despeinado y su miembro erguido en su máxima expresión sobre su estómago.

- ¡M-Me vengo!

Abrí la boca y solté un ronco jadeo desde el centro de mi pecho, sintiendo mis abdominales contraerse mientras me corría vigorosamente dentro de mi Stiles al mismo que él soltaba tiras de semen sobre su pecho.

Soltando un suspiro, rodee sobre la cama manteniendo a Stiles anclado a mi pecho y así dejándolo cómodamente sobre mí, sin salirme aún de su cuerpo.

- Amo sentirte dentro de mí, no te salgas- mascullo contra mi piel, logrando que su voz sonara algo extraña y sofocada.

Reí entre dientes y cole mis manos a su espalda baja, masajeando dócilmente la zona justo por encima de los pequeños hoyuelos que tenía ahí.

- No lo haré por el momento.

- ¿Grandulón?

- Dime.

- ¿Después puedes bañarme? ¿Por favor? Estoy cansado, me has destrozado- dijo con un hilo de voz y con la respiración aun agitada, bostezando flojamente contra mis pectorales.

Ladee la cabeza y asentí, notando que mi pene ya estaba flácido dejando que el semen se deslizara por sus piernas hasta las mías.

- Claro que puedo, mi vida. ¿Estás bien? ¿Fui muy rudo?- pregunte con cautela, no creyendo que había superado los limites de las anteriores veces que habíamos tenido relaciones.

- Estuvo genial, pero me siento un poco aturdido- rio, separándose de mí y quedando sentado sobre mi regazo- Te amo mucho, Sourwolf- murmuró bajo, con una expresión un tanto sería esta vez.

Tensé mis labios y me erguí, sujetando a mi chico por la cintura y manteniéndolo sobre mis piernas.

- Stiles... ¿Qué pasa?

- Nada, solo que a veces siento que no te lo digo muy seguido.

Sonreí con ternura y bese su mejilla, tomándolo con seguridad por los muslos y así levantándome de la cama para llevarlo al baño.

- Yo sé que me amas, precioso, y el sentimiento es completamente mutuo. 

Tú Puedes, Amor [STEREK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora