Semana número diez

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- De acuerdo... Sí, sí, será lo mejor... ¿Entonces lo llamarás la otra semana?... Bien, mantenme informado, por favor.... Lo sé, la confidencialidad y esa mierda, entiendo, solo dime si las cosas van bien, estamos hablando de mi chico... Okey, Morrell, adiós- suspire y deje el celular en la encimera de la cocina, pasando luego mis manos por mi rostro.

- ¿D-Derek?

Levante la vista al instante cuando la suave voz de mi chico atravesó las paredes y relaje la expresión cuando apareció en la cocina, sujetándose débilmente de los muebles mientras caminaba.

Camine a su encuentro y lo atrape por la espalda baja, acunando con mi mano libre su mejilla en busca de algún daño.

- Aquí estoy, mi amor, ¿Qué pasa? ¿Te sientes mal? Estaba preparándote el desayuno.

El apagado rostro de Stiles se contrajo en una mueca, abriendo la boca para respirar pesadamente.

Fruncí el ceño.

- Me siento un poco... ¿ahogado? Como si necesitara aire. ¿Es normal?

Tragué duro y asentí lentamente, besando su frente unos segundos.

- Si, precioso, según lo que me explico el doctor, es uno de los síntomas menos notorios, pero gracias a tu adicción a los cigarros en ti será más molesto... ¿Quieres que comamos en el balcón? Hace frío, pero nos abrigaremos, creo que te hará bien un poco de viento- mi chico asintió, pestañeando un par de veces para luego volver a enfocar.

Tomándolo al estilo nupcial, lo cargué hasta nuestra habitación y lo vestí con ropa gruesa para luego dejarlo envuelto en una tibia frazada. Sonreí suavemente al ver que había quedado como un acolchado burrito.

Besé su mejilla y lo llevé hacia el sofá exterior que teníamos, acomodándolo de costado con un par de cojines para que no se cayera.

- Traeré la comida, respira despacio, ¿Bueno?- murmuré mientras masajeaba su pelo, viendo que cerraba los ojos y abría la boca dando pequeñas bocanadas de aire- Eso es, cariño, vuelvo en un segundo- saliendo del balcón me dirigí rápidamente a la cocina y tomé mi celular marcando al número de Isaac mientras me deslizaba por la pared.

- "Hola D, ¿Cómo va todo?"

Tragué duro.

- "Derek... ¿Paso algo? ¿Stiles esta bien?"

Sentí mis ojos humedecerse.

- "¿Derek? Scott, espera un poco... Derek, ¿Estas ahí? Háblame por favor."

Solté un sollozo, escondiendo mi rostro entre mis rodillas.

- "Oh Derek... Shh, tranquilo, no pasa nada, esta bien, ¿Sí? Esta bien llorar, se que todo es demasiado, pero te prometo que en un pestañear todo mejorará, no será como la última vez, lo sé y tú lo sabes... ¿Sientes que estas... cayendo?"

Intentando calmar mi respiración, pasando un puño por mi ojo intentando eliminar la humedad.

- "Stiles es fuerte, ha pasado por mucho y a salido de todo, lo hará otra vez así que no tienes que preocuparte por eso, pero tienes que cuidarte, no puedes terminar como la última vez, nadie lo supo a excepción de mi y... dios Derek, no."

- "Isaac..."

- "No, Derek, te consumiste por completo y no puedes dejar que te ocurra lo mismo, ¿Me estas entendiendo? Se que eres fuerte por Stiles, pero también tienes que serlo por ti. Te adoro, amigo, llámame siempre que lo necesites y estaré para ti, pero no caigas, no puedes volver encerrarte o explotaras."

- "Lamento haber llamado t-tan temprano."

- "¿Ocurrió algo?"

- "Nada serio, p-pero me duele verlo así."

- "Ya pasará, veras como esto es solo un mal momento y quedara en el olvido en un par de semanas. ¿Quieres que vaya?"

- "No... no, estoy bien, estamos bien."

- "Te llamaré en la noche cuando Stiles duerma y me hablaras, ¿Entendido?"

- "Esta bien."

- "Tranquilo, Derek, tú puedes con esto."

Cerré los ojos mientras cortaba la llamada, forzando duramente mis dientes entre sí intentando evitar gritar.

Me levante del piso a los segundos reprimiendo la tristeza que sentía y tome la bandeja de comida ya lista de la encimera, caminando pausadamente por el pasillo hasta la habitación y saliendo al balcón.

Stiles mantenía sus ojos cerrados, temblaba ligeramente, pero su respiración era mucho más regular y suave que hace unos minutos.

- ¿Estas mejor, caramelo? ¿Tu pecho está más liviano?- pregunte con la voz ligeramente más ronca de lo normal, tomando una de las sillas libres y colocándola a un lado de mi chico.

- Sí, gracias grandulón.

Asentí tranquilo y tomé una de las frutitas del plato, llevándosela cuidadosamente a sus labios para luego ajustar la manta mejor a su alrededor.

- Intenta relajarte, dulzura, no quiero que tu respiración vuelva a fallar, déjame hacerme cargo de ti, ¿Bueno? Yo te cuidaré, siempre lo haré. 

Tú Puedes, Amor [STEREK]Where stories live. Discover now