XXVII

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Me desperté boca abajo cuando miré hasta la ventana la cuál no era la mía, me quedé pensando un poco hasta caer en cuenta en donde me encontraba y que había pasado anoche en esta habitación. Giré mi cabeza casi que con miedo para ver si a mi lado se encontraba aquella persona, pero estaba vacía.

Rápidamente me di vuelta y aún seguía desnuda, me cubrí con las sábanas levantándome para buscar mi ropa y ponermela para irme de aquí como si nada hubiese pasado, pero antes de eso Jimin entró a la habitación.—Ya despertarse.—sonrió, mis mejillas estaban algo rojizas, podía saberlo por el pequeño ardor que sentía en ellas.

—Sí, debo irme.

Me alcancé a poner el brasier a sus espaldas de una manera tan rápida como nunca antes, solamente faltaba mi ropa interior pero no la veía cerca, estaba casi a los pies de la cama de la parte donde durmió Jimin. Me levanté aún con la sábana tapándome mi parte inferior, al dar una mirada rápida al chico él estaba solamente en bóxers dejando a la vista su cuerpo perfecto. Iba a ir al baño pero lo próximo que sentí fue a Jimin jalarme contra su cuerpo.—No te vayas aún, y no estés tan nerviosa, ya pasó.

—Lo sé, por eso debo irme.

Pero él se dejó caer de espaldas a su cama conmigo encima suyo.— Hye... vamos, deja de ser así conmigo.

—¿Así cómo?

—Deja de huir de mí, de lo que hacemos.— sacó la sábana que había quedado en medio de nosotros, la jaló de manera brusca y dificultosa que ya me encontraba a punto de hacerme a un lado de él, nuevamente me acercó haciéndo presión por mi espalda, quedé en una posición compromedora encima suyo recordando que aún no me había puesto la ropa interior.— Lo que hicimos anoche fue magnífico, tal como lo imaginé. Sé que fui algo rudo en momentos pero es que... me gusta tomar el control, tenerte a mi merced. —acarició mi espalda hasta llegar al broche del sostén desabrochandolo sin problema dejándolo caer entre nosotros.

Su mirada era tan penetrante que me recordaba a la primera vez que lo ví aquel día.

—Tu cuerpo es algo que querría probar una y otra vez, sin cansarme.—acercó nuestro labios para comenzar un beso que sin duda iba a ir muy lejos, otra vez.

Pude sentir que con una sola mano empezó a bajar su bóxer, lo sabía porque sus manos rozaban con mis pirnas. Sentí cuando se despojó hasta un punto de su ropa interior porque su creciente erección chocaba con mi estómago y con sus manos acariciandose a él mismo comenzó a preparase para lo siguiente.

Cortó el beso.—Me encantas.— se posicionó mejor para tener mejor alcance y poder rozar nuestros sexos, mordí mi labio para callar unos gemidos.— No los calles, tus gemidos me enloquecen.

Empezó a moverse debajo mío logrando solamente que estemos friccionandonos sin penetración aún haciendo que olvidara el hecho de que no quería gemir de nuevo. Pero esto también se sentía tan bien. 

De repente la habitación se había llenado de gemidos de parte de ambos tal como la noche anterior. Él seguía moviéndose y con sus brazos me apricionó más chocando nuestros torzos. Con una mano suelta agarró de mis cabellos e hizo un puño con ellos incitandome a que lo mirara, sus ojos depredadores habían vuelto a él y eso era lo que me volvía loca.

Un nuevo descubrimiento en mí.

Me besó tan ferozmente para luego tirarme a la cama y seguir con lo suyo antes de dejarme ir a casa.

...

Esa tarde había vuelto a trabajar bajo la lluvia de preguntas de mis amigos queriendo que les explique por qué andaba tan desaparecida, se preocuparon pensando que pasaba algo pero les dije que todo estaba bien evitando por supuesto el tema de que estoy follando con mi vecino el cuál me hace la vida imposible y me gustaba.

Dejando el tema trabajamos esta tarde hasta la noche para luego ir a comer todos juntos, solamente éramos un grupo de cuatro, mis dos amigos y mi amiga. En la cena había recibido un mensaje de Kwan, me había olvidado completamente de él debido a que estuve muy entretenida siendo presa del pelinegro en su casa. Me estaba invitando a salir pero dejé su oferta para otro momento y le pedí disculpas, no se molestó, era muy comprensible en ese aspecto y eso me gustaba de él, en la cena pude olvidar un rato todo lo que había pasado con Jimin.

Mi cabeza estaba tranquila pero mi cuerpo estaba aún cansado después de todo.

Al llegar a casa un poco tarde mamá aún seguía despierta esperándome, cuando me vió llegar se fue a dormir más tranquila, yo por mi parte entré a mi habitación y fui directo a pegarme una ducha después de este día cansador, despojando mi ropa a medida que entraba al baño. Había algunas marcas en mi pecho, hasta incluso me pareció ver las marcas que habían dejado sus dedos en mi caderas, hace tiempo que no tenía algo así, es decir, hace tiempo que no tenía sexo del salvaje.

Me metí a la ducha y me relajé bastante con el agua ni muy fría, ni muy caliente. Con el pijama ya puesto, una blusa a tiras suelta que traía sin un sostén y mi short de pijama. Mi celular vibró en la mesita de noche, lo había puesto en vibrador durante la cena con los chicos y también cuando Kwan me estaba mandando mensajes.

Jimin.

Estás despierta?

Me hubiera gustado verte
hoy, pero no estabas en
casa.

Y no estabas trabajando,
tú mamá me lo dijo.
02:13

Sí estaba trabajando
solamente que después
fuimos a comer todos.
02:13

Quiero verte.
02:14

No sabía que traía en manos pero le dije que ya era tarde y que estaba apunto de dormir, cosa que era mentira.

Bloqueé mi teléfono y lo tiré en la cama, bajé por una botella de agua para cuando en la noche quiera tomar, suelo despertarme por tener la garganta seca y es molesto. Cuando entré de nuevo a mi habitación cerrando la puerta me quedé inmóvil al ver a Jimin a unos cuantos pasos frente a mí, vestía de negro, el clima no estaba tan caluroso estaba algo fresco solamente que a mi me gustaba ponerme cosas cortas para dormir bien tapada hasta la cabeza.

—¿Que haces aquí?

—Dije que quería verte. — y si que lo hizo luego, me escaneó con la mirada de pies a cabeza hasta volver a mis ojos.

—Y yo te dije que iba a dormir.—rió y se acercó a mí, esta vez no me alejé. Tocó mis brazos, sus manos estaban frías haciendo que todo mi cuerpo se estremeciera y se erizara mi piel ante su tacto. Miró mis pechos ya que estos también se habían puesto erectos ante el frío que me provocó su toque.—Mis ojos están aquí.— dije.

Volvió a reír pero esta vez me había parecido algo tierno. Peligro. Se acercó a besarme y le seguí aquel beso, esta vez ya no lo pararía.

—Sal conmigo mañana Hyesun.

Stranger ; Park Jimin +18 (COMPLETA)Where stories live. Discover now