Él vino a alborotar mi tranquila vida.
Me llevó a lugares que nunca fui.
Me hizo sentir como nunca me sentí.
Y sobre todo, empecé a hacer cosas que nunca creí..
➹ contenido +18 en partes.
➹ alguna que otra sorpresa.
➹ comportamientos que puedan s...
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Después de los besos pasé a mi propósito, no dejaría las cosas pasar. Después del sofá estábamos ya en mi habitación, esta noche no habría nadie que nos moleste.
—¿Por qué quieres hacer esto?
Tragué el líquido dejándolo ir por toda la garganta, apoyé el vaso en la mesa de luz y la miré recostada en mi cama.—¿De qué hablas?—rió sarcástica. Me quité la camiseta y desabroché mis pantalones porque empezaban a ser molestos la presión que estos me daban.
—No te hagas, estoy aquí atada a los barrotes de tu cama.— dijo obvia.—¿Ahora te gusta jugar a Christian Grey?— se burló.
Me subí de rodillas a la cama por lado de sus piernas desnudas y me puse encima sin aplastarla hasta estar cara a cara.— Quiero jugar ¿tú no quieres?
—No puedo hacer nada.
—El que se va a encargar de todo hoy seré yo. No voy a dejar pasar por alto lo que pasó.. ¿Entendiste?— le di un beso corto y rápido para empezar a descender dejando besos por su cuello, pecho, abdomen, muslos.
Hye estaba en ropa interior, su ropa la había dejado allá abajo gracias a mí. Llevé mis dedos a los lados de su bragas dispuesto a bajarlas, ella miraba mis movimientos siendo consciente de lo que haría a continuación. Quité esa molesta prenda y debía decir que ella ya estaba mojada desde que empezamos allá abajo por lo que empecé con penetraciones con mis dedos al instante algo que ella recibió gustosa pero se oprimía a dejar salir sus gemidos.
Y no quiero que lo haga.
Abrí sus piernas y sin darle tiempo a nada, mi cara estaba en medio de ellas. No lo hacía hace tiempo y era algo que me gustaba siendo Hye tan aperitiva en todo sentido, era un manjar completo. Usé mi boca y mis manos porque quería hacerla sufrir un poco, era mi venganza por haberme ignorado por un largo tiempo mientras solamente me tenía que conformar tocandome solo.
A medida que iba aumentando el ritmo Hye se removia en su lugar todavía queriendo callar, la miré y la ví retorciendose de placer mientras movía sus brazos que estaban por encima de su cabeza, sabía que quería tocarme mientras pero no se lo permitiría por ahora. Quiso cerrar las piernas pero no se lo permití tomando sus muslos, aprisionandola.
Hasta que no pudo aguantar más y sus gemidos llegaron a mis oídos provocando unas palpitaciones en mi entrepierna.
Supuse que ya la estaba haciendo sufrir mucho en que no pudiera tocarme y tocarse a sí misma por lo que estiré mi brazo y desate el nudo sin dificultad alguna para volver a mi trabajo, sus manos llegaron directamente a mi cabeza.—Tan aperitiva como siempre. —me reincorporé quedando de rodillas frente a ellas.— Ven aquí.— me bajé lo último que tenía dejándome descubierto. De su brazo la atraje haciendo que quedara apoyada en sus manos y rodillas frente a mí.— Hazlo por todas las noches en la que tuve que dormirme con una erección por tu culpa al pensarte.
