XXIX

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Volví a trabajar, hoy me tocaba solamente atender en la caja registradora pero cuando veía que mis compañeros necesitaban unas manos de más, les ayudaba. En mi horario de salida me sorprendí bastante al ver a Kwan recostado en la puerta de su auto esperándome, no esperaba esto cuando nos estábamos mandando mensajes no me comentó sobre esto.

—¿Que haces aquí?—pregunté cuando ya estaba cerca suyo.

—Vine a buscarte.— sonrió.— No te dije nada lo sé, pero quería hacerlo.

—Bueno, te aceptaré porque quiero llegar a mi casa y dormir. —no tenía tanto sueño pero de igual forma, quería estar en mi cama. Me abrió la puerta del copiloto después de que él entró, acomodé mi bolso sobre el suelo del auto entre mis pantorrillas.

—¿Has estado muy ocupada? Casi te olvidas de mí.— rió.

Aún no me olvidaba lo que había pasado entre nosotros esa noche, gracias al cielo él no tocaba el tema.— Sí algo así.— ocupada siendo presa de mi vecino, hablé internamente. Quise reír por mi pensamiento pero me contuve.— Tengo muchas cosas que hacer en casa, entonces... hace que me desconecte del las redes.

—Me gustaría que salgamos, claro, cuando tengas tiempo.

—De acuerdo. Te haré pagar todo por mí.

Rió divertido.— Lo aceptó.— me uní a él, cuando llegamos a mi casa miré de reojo a la casa del frente, las luces estaban apagadas y el auto de Jimin no estaba allí, regresé mi mirada hacia Kwan y lo ví también mirando la casa. Sabía que no le agradaba para nada y si se enteraba de lo que estoy haciendo, quizás se molestaría muchísimo y más.

—Gracias por traerme.—cuando me acerqué a darle un beso de despedida en la mejilla, se movió un poco y terminamos dándonos un beso en la esquina de los labios.

...

Con mi pijama puesto al fin iba a acostarme, a los pies de la cama me subí de rodillas y gatee un poco hasta tirarme en el medio de esta cerrando los ojos pero el molesto sonido del teléfono me hizo abrirlos, había olvidado ponerlo en silencio. Cuando ví el mensaje quedé dura mirando el corto texto porque era Jimin diciéndome que me preparara para salir y que me esperaría en la esquina de mi casa y que solamente tenía cinco minutos.

Le contesté que no podía salir porque mamá estaba durmiendo y si antes no le dije que iba a salir, ya no suelo hacerlo, siempre le aviso. Me sugirió salir por la ventana que nadie se enteraría, cuando le reclamé literalmente me dijo que me esperaba, no me daba opción, era casi una orden. Bufé dejando mi teléfono a un lado mío. ¿Debía hacerlo?

No.

Pero yo elegí seguir cerca suyo no puedo arrepentirme porque me gustaba el peligro que transmite, estaba mal pero me gustaba.

Me levanté para cambiarme, solamente me puse un jean azul ajustado, una blusa de tiras blancas y encima una chaqueta negra, la noche estaba algo fresca, solamente me retoqué un poco el rostro, tomé mi celular y me acerqué a la ventana pero fui corriendo sin hacer ruido hasta la puerta para ponerle seguro bien despacito. Volví a mi ventana y miré hacia abajo, nunca había salido por ella.

¿Como hacía Jimin?

Cuando ví por donde podía pisar y agarrarme para bajar, lo hice, con algo de dificultad pero lo hice. Cuando puse un pie en el suelo para seguido poner el otro sentí a alguien apegarse a mí tomándome de la cintura haciendo que pegue un brinco, me giré para ver a un Jimin sonriente muy cerca mío.

—¡Tarado me asustaste!— grité en modo de susurro.

Este solamente se rió para luego agarrarme de las mejillas y darme presionar su boca con la mía. Me tomó de la mano guiándome a seguirlo, nos fuimos hasta la esquina, su auto estaba ahí.

Stranger ; Park Jimin +18 (COMPLETA)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt