Capitulo 20 "Perdidas"

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Haymitch

— ¡aaah! ¡Corran es niebla venenosa! — los gritos de advertencia de Katniss me despiertan de golpe. Creo que fue mala idea llevar a Effie a la habitación y no despertarla para su turno de guardia, el sueño me vencio y me siento molido.

Me despabilo rápido y veo en la pantalla las nubes espesas que rodean la selva y los chicos a comenzado una carrera estrepitosa en su huida. Salgo rápido a la sala de mentores, con solo las vistas televisivas no será suficiente para conocer las probabilidades que tiene de salir librados de la trampa de los vigilantes.

Las pantallas muestran el recorrido de los chicos, entre tropezones y caídas están casi por llegar fuera de la zona de la niebla. Para este punto de los juegos todos los mentores se han dado cuenta del diseño de la arena, cada franja es una trampa mortal y hora tras hora las pesadillas suceden en la arena.

Están casi por llegar fuera cuando Peeta cae, el veneno hace estragos en sus cuerpos y los monitores de salud emiten pitidos de alarma. El miedo me invade ¿que se supone que está haciendo Plutarch? El debería hacer lo posible por que los chicos no mueran desde su sala de control. La niebla se les acerca cada vez más y estoy de darlos por muertos cuando Finnick llega en la ayuda y entre el y Katniss se llevan a Peeta, pero eso no es suficiente, el veneno les causa espasmos y movimientos incontrolables que apenas y pueden andar por su cuenta.

Finnick que había estado llevando a Peeta y Katniss a Mags apenas y se sostienen, lo que sucede después es tan rápido que apenas y digiero lo que hace Mags, le da un beso rápido a Finnick y se adentra en la niebla. Su muerte es dolorosa pero rápida, el veneno es tan potente que en segundos el cañón suena.

Entre Finnick y Katniss llevan a Peeta pero el veneno los tiene en mal estado que si ver caen por una pequeña colina hasta la orilla de un pequeño lago, tan pequeño que ni siquiera lo marca el mapa. Lavan las ampollas que provocó la niebla y los veo retorcerse del dolor. Marco si hay algún medicamento y lo encuentro, estoy apunto de mandarlo cuando alguien interrumpe en mi sala de mentores.

— ¡Lo tienen! Se lo llevaron y nadie sabe dónde está. — la voz femenina y desesperada me hace saltar al no esperar que alguien irrumpiera.

— No deberías estar aquí — Sentenció impasible. — no deben verte conmigo, ni con nadie que te involucre.

— No puedo con esto, él, yo...  — no termina la frase porque unos sollozos ahogados dejan a Milán nuestra aliada Capitolina sin habla.

— Estaban juntos, lo sospechaba — ella asiente aún sollozando.

— Al principio no era nada romántico pero conforme nos fuimos conociendo, algo cambió y yo... — otra ronda de chillidos ahogados la interrumpen. Sabía que Cinna y ella tenían algo que ver pero no creí que fuera algo más profundo.

Abrazo a Milán para darle un poco de consuelo, sin nadie que sepa el paradero de Cinna es casi imposible rescatarlo, y eso sí aún lo tienen con vida, Snow no es de los que se tientan el corazón.

Milán llora en mi hombro y apenas y alcanzo a darle un vistazo a la pantalla para encontrarme que los chicos están nuevamente en problemas con una bandada de monos-mutos.

— Será mejor que te vayas preciosa— digo separándome de Milán que había permanecido unos minutos llorando abrazada a mi. — por tu seguridad y porque no quiero problemas con Effie.

— Tienes razón. — contesta secándose las mejillas. — Antes de irme quiero que seas sincero ¿Tu crees que el...? — deja la pregunta en el aire.

— No, es casi imposible y además el sabía lo que estaba en juego y aún así se arriesgó. — sobrevivir después de declararle la guerra a Snow frente a todo Panem sería un milagro, y no quiero darle falsas esperanzas.

Ella se retira sigilosamente y yo puedo continuar tranquilo vigilando a los chicos que gracias a nuestros aliados han sobrevivido a los mutos. Peeta le da una dulce despedida a la chica del seiscientos se ha sacrificado por el.

Cuando ambos tributos del seis se presentaron voluntarios a la causa me sorprendió, en su distrito había pocos rebeldes y ni siquiera los tomamos en cuenta para el plan hasta que ya estábamos en el Capitolio.

Effie

Despierto por los primeros rayos de sol que se asoman por la ventana, doy un respingo porque al principio no se donde estoy puesto que se supone me dormí en la sala pero seguramente Haymitch me trajo a la habitación.

Miro el reloj y apenas van a dar las seis de la mañana. Bajo envuelta en mi bata del pijama, espero escuchar el televisor de la sala pero reina el silencio por el penthouse, Haymitch no está y eso me hace preocupar, seguramente los niños están en problemas. Enciendo el televisor y por las repeticiones veo que sí que estuvieron en problemas pero ahora están tranquilos descansando en la playa mientras Finnick hace guardia. Finnick, pobre chico, ha perdido a la mujer que lo crió como su madre. Hasta yo me pongo a derramar algunas lágrimas por Mags.

Me calmo he intento arreglarme lo más pronto posible y bajo hasta la sala de mentores. Al llegar me encuentro con Haymitch desparramado en la silla frente a las pantallas de seguimiento, primero pienso que está profundamente dormido pero la realidad es que está más borracho que una cuba, tiene una botella de whisky vacía y otra por la mitad.

— Cariño ¿que has hecho? — digo acariciando su cabello. Se que la situación lo está sobrepasando pero debemos ser fuertes por los niños.

Primero lo veo que abre los ojos con pesadez, para después dedicarme una mirada triste.

— Effie — responde apesadumbrado. Una lágrima se le escapa y resbala por su mejilla, algo pasó y me comienzo a poner nerviosa. — Cinna — No alcanza a decir nada mas cuando un peso me invade el pecho y las lagrimas se amontonan en mis ojos, he perdido a mi mejor amigo.

Me abrazo a Haymitch y comienzo a recordar a mi gran amigo Cinna y su noble sacrificio en pos de una gran causa. En esta mañana no solo yo perdí a un amigo, Finnick perdió a su madre, algunos a algún familiar de entre los tributos caídos, todos y cada uno de nosotros nos invade el luto, una sombra dolorosa cubre el sol del día y una congoja ahoga con silencio donde ahora hay una ausencia.

Un poco triste este Cap y créanme que hasta yo tenia lagrimas, la verdad es que este año qué pasó trajo pérdidas entre las familias, incluso en la mía y espero que este año que comienza podamos fortalecernos y buscar ser mejores personas, apoyarnos entre nosotros y disfrutemos de nuestra familia y amigos mientras los tengamos, aunque sea un mensajito o una llamada pero siempre recordarle que estamos con ellos y los amamos.
Queridos tributos lectores espero y este Año Nuevo saque lo mejor de nosotros y les dejo un súper abrazo 🥰🥰🥰🥰🥰

Carbón y Perlas: El fuego de la victoriaWhere stories live. Discover now