Capitulo 15 "Dia libre"

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Haymitch

Effie le ha dado el día libre a los chicos y por alguna razón ha organizado una entrevista con patrocinadores hoy.

— Estoy listo princesa. ¿Vamos? — me ha hecho vestir con un traje sastre a la medida y hasta Cinna a venido a darme algunos retoques.

—El auto te espera abajo — responde reprimiendo una sonrisita.

— ¿El auto? — la miro enarcando una ceja.

— Yo iré en el mío. No te preocupes, todo está arreglado. Te veo allá querido — dice haciendo un guiño coqueto y se va hacia el ascensor contoneándose seductoramente como solo ella lo sabe hacer.

Bajo a la entrada del centro de tributos y un hombre me hace una seña para acercarme a un auto negro lujoso. Me abre la puerta y lo primero que tengo ante mi vista es a la mujer más odiada por Effie.

— ¿Milan? — digo estupefacto.

— Sube cariño, no tenemos mucho tiempo. Te explicaré de camino. — Subo al auto pero apenas y cierran la puerta, Milán me hace una seña para que guarde silencio. — Cinna me ha pedido este favor y obviamente no podía decirle que no a mi querido Cinna. El auto te dejarán en cierto lugar e irá a recogerte. No me pidas más detalles que yo solo soy tu medio de transporte. — sonríe maliciosamente.

Viajamos en silencio un par de calles y ella hace una señal al chofer para detenerse.

— Hasta aquí llego yo. ¡Que te diviertas! — se despide en tono burlón.

Continuó el viaje y salimos a las afueras del Capitolio. Grandes casas con campos extensos es lo único que se ve. Después de una hora de camino el auto se adentra en una propiedad con grandes árboles que decoran el sendero hasta la lujosa casa de campo. Una casa preciosa de madera de roble con decoraciones talladas en la fachada y una espectacular vista a un lago se impone frente a mi vista.

El chofer me indica que hemos llegado y que regresará a la hora que le han indicado, que todo está organizado. Me bajo del auto dudoso pero apenas el auto desaparece nuevamente por el sendero Effie sale de la casa luciendo un lindo vestido rosa, demasiado sencillo para lo que normalmente usa.

— ¿Me has hecho vestir de esta manera tan ridícula para venir a una casa de campo? — ella viste ligero mientras yo tengo que soportar este horrible traje.

— tranquilo cariño adentro tengo algo más cómodo para ti. Ese traje solo era una distracción. — responde Effie de forma inocente.

Ella me conduce hasta un cuarto vacío donde solo está una camisa blanca y un short gris. Me cambio de ropa y me doy cuenta que no hay nada para cambiar por los zapatos así que salgo descalzo.

— ¡Estas perfecto! — canturrea Effie.

— ¿Ahora me dirás que tramas? — digo enarcando las cejas.

— Nunca tuvimos una Luna de miel y cuando supe del vasallaje quise cancelar todo. Cinna me disuadió de que no lo hiciera, que si tú no ibas al vasallaje sería una buena oportunidad para relajarnos un poco. — la tristeza se le escapa entre las palabras y la entiendo, no estamos para festejos pero tampoco nos viene mal distraernos.

— Bonita luna de miel, pero más hermosa es mi esposa — le doy un beso y la elogio porque en verdad el lugar es muy bonito y ella ha hecho un esfuerzo por no traer todas esas cosas horribles del Capitolio.

Effie

Tomo de la mano a Haymitch y lo conduzco hasta un gran ventanal que da al porche trasero de la casita. Tengo todo arreglado, una merienda exquisita y la mesa sencillamente decorada con flores.

Disfrutamos de la comida y reposamos juntos acostados en un camastro a la sombra bebiendo limonada.

— Te amo — digo en un suspiro recostada en el pecho de Haymitch.

— Y yo a ti princesa — responde dándome un beso en la frente. — creo que es hora de nadar — dice levantándose rápidamente.

No tengo tiempo ni de rechistar cuando ya me tiene cargada y se avienta a la piscina conmigo en sus brazos.

Doy una gran bocanada de aire e intento recuperarme del susto. — ¡Ni siquiera nos hemos puesto los trajes de baño! — le suelto en reprimenda. Mi pobre vestido quedó arruinado.

— No lo necesitarás para lo que tengo pensado hacer — me susurra seductor al oído.

Y claro que no lo necesitaré, sus manos comienzan a recorrerme en una suave caricia que me hace estremecer. Nuestras ropas comienzan a estorbarnos y terminan flotando por la piscina. Haymitch es muy creativo a la hora de los juegos de seducción, besos entre zambullidas y caricias me llevan al extasis del placer. Sus palabras repitiendo que me ama, que soy su mujer me llenan el corazón y a su vez le respondo con hechos que yo lo amo a él y que estoy a su merced. Repito su nombre una y otra vez, cuando dos cuerpos se une para ser un solo ser, las almas se entrelazan en el ritmo del querer.

Pasamos el resto de la tarde descansando en el camastro con solo un par de toallas cubriéndonos. Gracias al cielo esta casa está muy lejos de la civilización.

— Me tienes hechizado princesa — dice Haymitch acariciando mi espalda. Me besa una mejilla seguida de la otra, finalizando en un dulce, suave y largo beso en la boca que solo finalizamos para poder respirar.

— Es hora de irnos — exploto nuestra burbuja de amor. Aunque quisiera quedarme así abrazada a su pecho sintiendo su respiración y el latido de su corazón, debemos regresar a nuestra realidad.

Regresamos al penthouse y reina el silencio, los avox nos avisan que los chicos no han bajado del tejado en ningún momento. Organizo la cena y los chicos siguen brillando por su ausencia, estoy apunto de mandar a buscarlos pero Haymitch aconseja que mejor les dejemos tranquilos. Cenamos y compartimos una copa de vino tomados de la mano y contemplando las estrellas desde el balcón del penthouse. El sueño comienza a hacer mella y así con la tranquilidad de un día libre nos sumimos en un descanso grato, sin pesadillas ni preocupaciones.

Bueno chicos, un poco de tranquilidad antes de los juegos, ya pronto estaremos comenzando con la tensión y quise añadir algo relax para el Hayffie 🥰🥰🥰
Espero y estén bien, los saludo desde México y recuerden seguir las medidas sanitarias, cuídense mucho mis queridos lectores ❤️❤️❤️

Carbón y Perlas: El fuego de la victoriaWhere stories live. Discover now