𐄹 11

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En medio de la noche, Jisung se removió entre los brazos de Minho, despertando. Habían dormido pronto, por lo que era obvio que Han iba a despertarse a esas horas. Se incorporó, con cuidado de no interrumpir el sueño de su pareja, y se dirigió al balcón. Le gustaba estar en el apartamento del mayor, ya que era familiar y acogedor y lo hacía sentir bastante seguro para no haber pasado más de unas horas en el lugar.

Se abrazó a sí mismo al sentir la brisa helada de la noche atravesarle. Quizá debió quedarse en la cama, pero no podría pensar con Minho al lado, luciendo como un ángel durmiendo. No habría evitado besar al mayor tantas veces como fueran posibles por la ternura que le causaba, lo que probablemente terminaría despertándolo. Él no quería eso, ya que Minho ya se había cansado bastante por hoy. No todos los días te amenazaban con amputarte una parte de tu cuerpo y eso.

Y por eso sorprendió cuando sintió unos brazos rodearlo y un cuerpo chocando contra su espalda, aunque después se apoyó en él, respirando y reconfortándose con el tal conocido aroma.

— Me desperté y no estabas ahí, por lo que salí a ver dónde estabas. ¿No podías dormir?— el mayor escondió su rostro en la curvatura del hombro del más pequeño, dejando pequeños besos en la zona.

— No es eso, es que hemos dormido pronto y ya se me ha pasado el sueño.

— Ya sabía yo que dormir tan pronto no era bueno.— su voz salió amortiguada, ya que seguía con sus labios sobre la piel contraria. El chico tembló entre sus brazos, seguramente por el frío, por lo que se apresuraron a entrar al apartamento de Minho nuevamente.— ¿Quieres volver a la cama? No has cumplido tus ocho horas de sueño, aún.

— Sí, mamá.— el chico se soltó del agarre de Minho, dándose la vuelta entre sus brazos para pasar los suyos propios por el cuello de este.— Llévame.

Minho no pudo evitar reír por la ternura que le causaba su novio, sobretodo estando todo sonrojado por el frío y con el cabello desordenado. Se agachó, rozando su nariz con la contraria en un beso esquimal antes de tomar al menor por la parte baja de su espalda, haciendo que Han rodeara con sus piernas su cintura.

Caminaron así hasta su habitación, con la cabeza del menor apoyada en el hombro contrario y viceversa. Al llegar al cuarto, se dejaron caer tal como estaban, con Minho encima. Jisung apretó más el cuerpo del mayor contra el suyo, apretujándolos en un abrazo.

— Quién diría que ahora estás más dulce que de costumbre.— comentó Minho, separándose un poco para verlo a la cara.— ¿Me das un besito?— el más alto se acercó a los labios de los contrarios, aunque el chico enseguida se echó hacia atrás.

— No tientes a tu suerte, Min.— murmuró, cerrando los ojos y chocando sus labios con los de su pareja, empezando un dulce beso acompañado por sutiles caricias.— Te quiero, aunque seas un escorpio insoportable.

— ¿Aún sabiendo que soy un signo de la transmutación, la renovación y el cambio, y que no soy nada bueno en el amor?

— El otro día leí un artículo llamado "por qué deberías tener a un escorpio de novio" y decía que es un auténtico regalo, porque sois más mágicos, sensibles y especiales. Así que sí, te quiero con todo y eso.

— ¿Aún si no sé cocinar?

— Lo siento, lo dejamos.— ambos rieron por las palabras del menor, volviendo a abrazarse.— Minho, gracias por llegar a mi vida.

— Oh, no te pongas cursi, que por las noches me pongo soft y lloro.

— Llora, pero solo si es por mí.— el mayor le pellizcó suavemente en el brazo, recibiendo una suave risa por parte de su pequeño. Minho podría acostumbrarse a esa vida, es más, estaría encantado de hacerlo.

— Hannie, quédate.— soltó de sopetón, sin pensarlo demasiado. De verdad quería a Jisung con él, sin importarle si pudieran romper en cualquier momento. Él confiaba en que eso no pasaría, se completaban demasiado bien.

— ¿Qu-qué...?— Jisung se separó un poco, alzando la cabeza para poder mirar a Minho a los ojos.— Minho, llevamos poco saliendo, no creo que...

— Jisung, llevamos meses, casi un año conociéndonos.— lo cortó, tomando con una de sus manos el rostro del menor.— Está bien si no quieres, pero quiero que sepas que siempre tendrás la posibilidad de venir aquí, o bueno, puedes usarlo como una segunda casa. Me gusta tenerte conmigo.

— Min... A mí también me gusta estar contigo, pero primero tengo que arreglar las cosas con la tía Nayeon, después ya veremos.— se volvió a acomodar como antes, ya pasándosele la sorpresa de la nula discreción de Minho. No lo había pensado antes, pero no era una mala idea. Solo tenían que esperar un poco más, aunque ambos supieran que eso pasaría tarde o temprano.

Jisung, por su parte, nunca se había sentido así por alguien. No era solo que Minho literalmente lo hechizada y lo llevaba a un mundo diferente, donde todo era más colorido, si no que también tenía a alguien en quien apoyarse, a alguien que sabía nunca lo iba a criticar por ser él mismo. Ya que creía en el horóscopo, podría decir que eran almas gemelas y todo. Nunca se había sentido tan conectado con alguien, y sentía que Minho también sentía lo mismo.

— Jisung, ¿te acuerdas de que te dije que mi madre me había dado tu número?— el menor asintió.— Creo que debería llamarla, digo, para saber el porqué.

— ¿Ahora?

— Son las dos de la madrugada, mañana lo haré. Quiero darle las gracias por el regalo, también.

— Oh, ¿qué te regaló?— cuestionó el menor,  curioso, llevando sus manos al cabello de Minho para comenzar a acariciarlo.

— A tí, ya nos conocíamos de antes, pero siento que así todo ha ido como debía, ¿no crees?

— Sí lo creo, Honnie, sí lo creo.

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ya queda el epílogo y ya :(( espero que os haya gustado (?
gracias por tanto ♡
pd: cambié el aesthetic y mg

escorpio Where stories live. Discover now