𐄹 01

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Era una semana después el cumpleaños de Minho cuando le llegó aquella tarjeta, proveniente de quién sabe dónde: típico de su madre. Siempre le llegaba tarde ya que la mujer se olvidaba de enviarla a tiempo para que llegara en el día justo.

Dejando su mochila a un lado, abrió el sobre que contenía la tarjeta que la mujer le enviaba cada año con un regalo por su cumpleaños. Normalmente eran bonos, cupones o noches en un spa, por lo que se sorprendió mucho al ver un número grabado en la tarjeta. La miró por un lado y por el otro, sin encontrar absolutamente nada más.

La dejó sobre la encimera, mirando el teléfono y encontrándose con un mensaje del grupo que tenía con Chan y Changbin.

Bin.

¿Está todo listo?

Quiero ahogar mis penas en tu casa.

Chan.

Same.

Yo.

Sí, ¿ya llegáis?

Chan.

Estamos en 5.
Metió el teléfono en su bolsillo, levantándose a dejarlo todo en el salón. Changbin quería celebrar que "había terminado con su novia" cuando todos sabían que había sido al revés. Negó con la cabeza, divertido, buscando las frituras en los cajones y dejando las bebidas en la sala. No había nada demasiado fuerte, no ser que alguno de ellos cayera en un coma etílico por su culpa.

El timbre sonó justo cuando terminó de cambiar su ropa por una más cómoda. Salió de su cuarto, abriéndoles la puerta a sus dos amigos.

- Hola.

- Quiero morir.- Changbin fue el primero en entrar, con los hombros hundidos y una botella en la mano.

- Sólo es zumo, está exagerando.- lo tranquilizó Chan, al ver su mirada severa. Bien sabían ellos que a Minho no le gustaba cuando se emborrachaban, ya que después él tenía que controlar que no hicieran estupideces o rompieran sus cosas.

- ¡Hay palomitas! - el grito de Changbin en el salón les llamó la atención, haciendo que vayan tras él.- ¿Podemos ver Titanic?

- ¿No decías que querías hacer cosas "masculinas" y no llorar por nadie?

- Titanic es masculino, llorar está bien mientras no sea por hombres.

﹝🏷﹞

No estaban ni a mitad de la película cuando Changbin ya lloraba a moco tendido, alegando que moriría solo: exacto, solo echaba de menos su relación por miedo a quedarse solo.

- Cállate, me das dolor de cabeza.

- Es que... no lo sé, la película es muy triste.- se secó las lágrimas con un pañuelo que Chan le tendía, volviendo a enfocar su vista en la pantalla.

- Pero si están en la parte más animada...

La frase quedó olvidada. El mayor se sentía aburrido, así que pensó en ir a la cocina a por algo. Minho no se molestaría, con que no rompa nada todo estaba bien, esa era su única regla.

Entró al lugar, encendiendo la luz para empezar a rebuscar algo dulce entre los estantes. Cuando abrió un cajón, un sobre con la dirección en letra cursiva le llamó la atención. ¿Minho se enviaba postales con alguien? Sin poder evitarlo, tomó el sobre y lo abrió. No había más que un número ahí escrito.

- ¿Quién...?

- ¿Qué haces con eso?- Lee acababa de entrar a la cocina cuando vio al mayor con la postal de su madre en manos. No le importaba demasiado, pero no estaba acostumbrado a que sus amigos rebuscaran en sus cosas.

- ¿Con quién te mandas mensajes perfumados, Lee Minho?- el mayor le dió un golpe suave codo con codo, alzando sus cejas y mirando el rostro neutro de Minho.

- Con mi madre.- contestó, dirigiéndose hacia la nevera en busca de más zumo.

- ¡Venga ya! A mí no me vengas con eso. ¿Cuántos años tiene? ¿Cuál es su género y...?

- Es mi madre, literalmente. En la parte trasera del sobre pone para "mi querido hijo: Lee Minho"

Christopher le dió la vuelta al sobre, comprobando las palabras del mayor y callando.

- Sí... Bueno, nunca nos has hablado de ella. ¿Acaso es este su número?- sacó la postal nuevamente, enseñándosela.

- No, tengo su número y no es ese. Será alguna tienda o spa, no lo sé.

- ¡Eso es magnífico! ¿Por qué no llamas y vamos?

- Ya es tarde...

- ¡Qué va! Quizá incluso es un spa nocturno. Vamos, puede animar a Changbin. Yo pagaré por nosotros.

- Adelante. Pero llama tú.

- Eh, no. ¿Imagínate que tu madre ya te tiene reservada una sesión? Venga, llama. Te enviaré las tareas por una semana.

- Hecho.- Minho dejó el vaso de jugo que estaba bebiendo a un lado para tomar la postal, sacando su teléfono y marcando el número. Después de unos tonos, por fin se escuchó una voz al otro lado de la línea.- Buenas noches, soy...

- Aquí Jisung, su vidente favorito. Conmigo usted podrá saber todo lo que necesita sobre lo que le pasará, y también lo que puede hacer para evitarlo. Podrá saber si al morir su pareja le cambiará por una jovencita o jovencito, o si al contrario usted encontrará un sugar que le mantenga. ¿Quiere saber el chisme de la vecina? Yo se lo consigo. Por favor, dígame su signo.- Minho escuchó las rápidas y monótonas palabras de la persona al otro lado de la línea, quedándose algo sorprendido mientras su cerebro procesaba la información. ¿No era un spa?

- Escorpio.- soltó, aún confundido. ¿Acaso así era la manera de atraer clientes al spa? Nunca había escuchado de aquella táctica.

Un silencio se escuchó al otro lado de la línea, y antes de que pueda decir algo como "¿hay alguien ahí?" la voz del "vidente" lo enterrumpió.

- No hablo con esos, adiós.

﹝🏷﹞

mi mayor pasión es empezar historias cuando tengo otras 151872 sin actualizar y muertas.
anyways, ahhh, estoy emocionada con esta historia así que aprovechad mientras esté con inspiración.
espero que os guste :)

escorpio Where stories live. Discover now